viernes, 30 de octubre de 2009

“CUALQUIER CACATÚA SUEÑA CON LA PINTA DE CARLOS GARDEL”


“Uno tiene en los ojos
el humo del billar.
Otro las ilusiones se lo llevó al remate.
El tercero es el único que se dice normal.
Justo él que ha vivido
cuidando un empate”

Jaime Roos; “Las luces del estadio”









¿La verdad? ¿La verdad? Está todo muy lindo. Los tópicos están a la orden del día, y
el maniqueísmo es imbatible, tanto para un lado como para el otro.
Todo el mundo parece contento de que se le vea “la sota”, y parece no importarle.
Por más que lo que diga o publique sea con el halo sagrado de una verdad revelada que, apenas se rasca un poquito, se cae de tan maduros y pasados que están los argumentos.
Es que nos conformamos festejando jugadas, mientras nos olvidamos de cómo va el partido y de la posición en la tabla.
Es que nos indignamos con las picardías ajenas y con los fallos de un “referí bombero”, pero no prestamos atención a la manga de pataduras con la que armamos un equipo, que cada día se parece más a una murga de barrio.
Festejamos “rabonas y caños”, mientras seguimos perdiendo y nos seguimos yendo al descenso.
Nos indignamos por un penal no cobrado; pero seguimos sin reconocer que el equipo lo armamos con “los dueños de la pelota”, que “no paran ni el colectivo”, ni llegan al arco rival aunque coimeen a los defensores.
Y ya se termina el 2009, y “el pescado sin vender”.
Porque, si bien hemos avanzado bastante; no debemos olvidar que lo único que hicimos, desde el 2002 hasta la fecha es pagar deudas.
Con el FMI, con los holdouts, con los Derechos Humanos, con los jubilados, con “los laburantes”, con los desocupados, con la Corte Suprema, con los pibes, con etcéteras y etcéteras.
Nada más, ni nada menos.
Pero no dejan de ser deudas económicas, sociales, culturales y políticas.
Deudas al fin. Apenas deber menos que lo que se debía antes.
El desarrollo es otra cosa. ¿No?
Y con “caños y rabonas” se puede estar más cerca del arco rival; pero con eso no alcanza.
Hay que meter goles para ganar los partidos; y hay que ganar los partidos para ascender de la “C” a la “B”, por más que hace un rato estábamos en la “D”.
Quién dice que, un día de éstos, no aparecemos jugando en “Primera A”.
Lo que se dice ver “la mitad del vaso llena”, y también “la mitad vacía”.
Lo que no sirve es indignarse.
Sobre todo cuando no se ganó el partido que se dice haber ganado, que fue apenas un empate; y de local, para colmo.
Porque hay sectores políticos que se parecen mucho a esos clubes que no se proponen ascender; sino, conformarse con la mitad de la tabla.
“Ventaja mínima”, les decían en el barrio.
Hablan y actúan de una manera como si no quisieran gobernar nunca; como si aceptaran al kirchnerismo como un padre; al que se enfrenta; pero que siempre será el padre.
Y, sobre todo, al que le deberán la vida.
Es como si nunca quisieran irse a vivir solos o en pareja, y se negaran a abandonar una eterna adolescencia política.
Sabido es que la indignación, -hoy por hoy-, “garpa”; y parece que bastante.
Es lo mismo que cierta rebeldía; ayuda “a levantar”. Después, “la pareja” es otra cosa.
Pero, mucho más acá que “a la larga” y un poquito más allá que “a la corta”, la indignación no deja de ser “pan para hoy y hambre para mañana”.
Por eso, tenemos que dejar de festejar “sombreritos” y “chilenas” que no llevan la pelota a la red, e indignarnos un poco menos, y pensar en el futuro.
El 2011 está más cerca que “la Patria Socialista” en los setenta, y que “el Primer Mundo” en los noventa.
Y con lo que hay; con suerte, llegamos al 2001.

Buenos Aires, 30 de octubre de 2009

lunes, 26 de octubre de 2009

“AHORA DICEN QUE LOS REYES SON LOS PADRES”



"Así que ¿a qué jugamos? ¿Qué es esto? ¿Qué es esto de indignarse, de enojarse y de sorprenderse? Lo dice un Senador de la Nación, y es un piola. Lo dice Maradona, y aparece todo el racismo, todo el desprecio por los pobres, aparecen los de siempre, los muchachos de siempre, a indignarse: ¡oh, la cultura! ¡Nuestro embajador! ¿Qué embajador? Es Diego Maradona, viejo. Los que tienen que ser cultos son ustedes, no él. Él tiene que dirigir la Selección de Fútbol, y si lo eligieron a él, bueno, es ése, y no Pancho Ibáñez".

Alejandro Dolina, fragmento de la transcripción del programa radial “La venganza será terrible” del lunes 19 de octubre de 2009.


No será 1492, porque ya nacimos sabiendo que la tierra es redonda; y Américo Vespucio le puso nombre, hace rato, a estas comarcas que habitamos y antes llamaban “Las Indias”.
Tampoco se trata de la pólvora, porque en épocas de escudos misilísticos, el invento de los chinos no genera ni el miedo ni el poder de otros tiempos.
Además, el 11 de septiembre de 2001, entre tantas cosas, demostró que un arma puede ser cualquier objeto. Incluso un par de aviones se pueden convertir en misiles, con menos magia que la necesaria para transformar una calabaza en una carroza.
Tampoco se trata de la imprenta. Por lo que se cuenta que pasó en la reciente Feria del Libro de Frankfurt, con el avance del “libro electrónico”, es probable que la empresa Papel Prensa corra, -en muchos menos años de los que imaginamos-, la misma suerte que los saladeros de las épocas de Rosas; y no, precisamente, por una “venganza K”, por más que Elisa Carrió se obstine en afirmar lo contrario.
Tampoco se trata de una consecuencia de la famosa “revolución científico-tecnológica”, con la que en los noventa se justificaba, “teóricamente”, cualquier canallada.
Lo cierto es que, en “el coño sur”, estamos en una “era de descubrimientos”, y nuestra capacidad de asombro parece no tener límites.
Como el cornudo, que es el último en enterarse, los argentinos ponemos la misma cara de María Laura Santillán y no damos abasto con nuestra sorpresa e indignación ante los velos que se descorren delante de nuestras narices.
De pronto, la Iglesia Católica descubrió que había pobres.
Puede ser que, algún día, descubra que en sus filas hubo pastores que bendijeron las mazmorras y “los vuelos de la muerte” de la última dictadura, y también a sus abusadores de menores.
Por lo visto, “la falta de diálogo” ya no provoca la urticaria de hace unos meses.
Y ya que hablamos de abuso, y abusando del famoso “Ahora dicen…” con el que la revista “Barcelona” se burla de “Clarín”, digamos que “el periodismo (de) independiente” “ahora descubre” los exabruptos de Maradona, como si fueran “Magoya”, “Cadorna” y “Montoto” los que “le levantaron el manolito” cuando la selección perdió ante Chile, hace apenas un año.
“Ahora dicen que Maradona no está capacitado para dirigir a la selección”.
Si. Ahora.
Mientras tanto, “la sociedad decente, bienpensante y apolítica” festeja los exabruptos del senador Carlos Alberto “Segundo” Reutemann, de la futura ex jueza Parrilli y del diputado “Alika-alikate”.
Siempre “la paja en el ojo ajeno”, vista a través de la viga en el propio.
Y como si con el descubrimiento de la pobreza por parte de la Iglesia Católica, y de “la mala educación” de nuestro “embajador deportivo”(alguien que no votó nadie “ni lo volvería a hacer” firmó un decreto nombrándolo como tal) por parte de quienes hasta hace poco lo llamaban “El 10”, ahora los senadores Morales y Estenssoro descubrieron “LA VIOLENCIA”.
Así, entre comillas y con mayúsculas.
Es que asomarse afuera del “termo” en el que se vive, trae el riesgo de sentirse como el cornudo, y descubrir lo que todo el mundo ya sabía desde hacía rato.
Porque lo que sufrieron el diputado Rossi, su hermano, decenas de intendentes y cualquier anónimo que intentara oponerse a la furia “sojera” o “cacerolera” del año pasado no era “Violencia”.
Era una “civilizada e inocente” muestra del descontento de un sector “fundacional de la Nación”.
No es “Violencia” el accionar de la Unidad de Control del Espacio Público(UCEP), dependiente del gobierno porteño, y los espionajes realizados por los “Montenegro´s boys”.
No. Es “una campaña” en contra, seguramente, llevada adelante por Luis D´Elía, Guillermo Moreno, las carteras Louis Vuitton y le valija de Antonnini Wilson, a la que se sumaron los “borocotizados” Jorge Lanata y Víctor Hugo Morales.
Por eso, vale la pena preguntarse qué diferencia habrá entre “la triple A” de López Rega, y la UCEP o la Policía Metropolitana de Macri, Montenegro, Nadorowsky, Palacios y Cía.
Por eso; ante “los descubrimientos” de la pobreza, las malas palabras de los hijos pródigos y de la violencia, es conveniente, -por más que duela al principio-, descorrer otros velos y arrancar otras máscaras.
Desgraciadamente, es oportuno comunicar a “El país jardín de infantes” que los Reyes Magos son los padres, Papá Noel es un invento de la Coca-Cola y a los niños no los trae una cigüeña que viene volando desde París.
Porca Miseria.
En esta “era de descubrimientos”, donde unos se ofenden si les dicen “¡Chupala!”, y otros prefieren seguir “chupándose el dedo”; lo único que falta es que nos enteremos que “Jacinta Pichimahuida” era un travesti, como Zulma Lobato.

Buenos Aires, 23 de octubre de 2009

viernes, 16 de octubre de 2009

"CHUPATE ESA MANDARINA"














“Nunca es triste la verdad,
lo que no tiene es remedio”.

Joan Manuel Serrat, “Sinceramente tuyo”

A los célebres conceptos “la mano de Dios”, “se le escapó la tortuga”, “me cortaron las piernas” y “La pelota no se mancha”, ahora se agregó “¡Chupenla!”.
Menos mal que “la Ley de Medios K” se aprobó antes del partido con Uruguay. Si ésta hubiera ocurrido después, ya nos imaginamos lo que “el gran diario de autoayuda” o cualquier otro hubiera puesto en boca del “Presidente Consorte”, de Guillermo Moreno o de Luis D´Elía, en los días siguientes.
Claro que si lo mismo se lo hubiera dicho Alfredo De Ángeli a la Presidenta, no se habría hecho tanto escándalo.
Tampoco si lo dijera Elisa Carrió.
Es que, -según los pronósticos del “periodismo más (de) independiente”-, la votación en el Senado iba a terminar, a favor de la oposición, como el partido contra Perú o como contra Uruguay. Con un “voto no positivo”, en lugar de un gol sobre el final.
Sin embargo, el 44 a 24 fue muy parecido a la goleada recibida frente a Bolivia.
“Cada cual juega como es”, decía el finado Dante Panzeri.
Si usáramos esta frase como metáfora; ¿Cómo quién jugaría el seleccionado argentino? ¿Cómo el gobierno? ¿Cómo la oposición? ¿Cómo “la mesa de enlace”? ¿Cómo los grupos multimediáticos?
¿Quién sería el Bolatti del oficialismo? ¿La senadora correntina que cambió el voto?
¿Quién sería el Palermo de la oposición? ¿Cobos?
¿Quién sería el Heinze de los medios? ¿Elisa Carrió?
Sin duda, en la oposición, los puestos de Verón y Zanetti los ocupan Reutemann y Duhalde. Ya veteranos, siempre son convocados.
Lo cierto es que la Ley se aprobó y Argentina clasificó.
Pelito pa´la vieja.
Porque en política los votos son lo mismo que los goles en el fútbol: son amores y se gana con ellos.
Y en ambos casos, “los figurines no figuraron”. Tallaron “los forzosos”, haciendo goles con “los cordones” y con el último aliento.
Los De Narváez, los Estenssoro, los Iglesias, los Giúdici, sirven para la televisión. En el recinto, se disuelven como los Messi o los Agüero en la cancha, “donde se ven los pingos”.
Después, Maradona se mandó el exabrupto y “los Mingüito Tinguitella que te pueden levantar un manolito o hacerte un buraco así” salieron a exhibir su sensibilidad herida y su vergüenza colonizada(¡cómo nos hizo quedar a los argentinos!).
Pensar que, hasta hace poco, los mismos indignados lo llamaban “El 10”.
Pero lo que no se entiende es por qué tanta exasperación por un simple “¡Chupala!”; si hasta la goleada con Bolivia, los mismos ofendidos no hicieron otra cosa que “chupar las medias” del ahora “negro, gordo y drogadicto”.
Por suerte, en política como en fútbol, siempre hay un repechaje: el domingo no habrá que cambiar la hora.
“Duro revés para el gobierno”, tendría que decir un titular catástrofe.
“Triunfó la Democracia”, se titularía un editorial.
Aunque a usted “le chupe un huevo”.

Buenos Aires, 16 de octubre de 2009

lunes, 12 de octubre de 2009

"ENTRE LA REALIDAD Y LA FICCIÓN"














“Más de cien palabras,
más de cien motivos
para no cortarse
de un tajo las venas.
Más de cien pupilas
donde ver los vivos.
Más de cien mentiras
que valen la pena”

Joaquín Sabina, “Más de cien mentiras”

Parecía que la ley aprobada por el Senado, el sábado a la madrugada, era algo que nunca se iba a poder, siquiera, discutir, algún día, en la Argentina.
Sin embargo; ahí está, a punto de ser publicada en el próximo número del Boletín Oficial, antes de que el Vicepresidente aprovechara el viaje de la Presidenta a La India, y la vetara “porque su hija se lo pidió”.
Pícaro el muchacho.
Así; del “fantasma de la 125” pasamos a “el retorno de la escribanía”, según el diario de “La gente cómo uno”, o del “sorpresivo” apoyo de una senadora “cobista” a “la ley de medios K”, al retorno de las denuncias por los modales de Guillermo Moreno.
Todo entre el jueves a la tarde y la mañana del sábado.
Siempre lo mismo. Cuando el oficialismo es el que recluta, se habla de “borocotización”, de “prebendas” y de “canjes”.
¿El pase de “el payador perseguido”(Eduardo Duhalde “dixit”) Felipe Solá al Peronismo Disidente, o “el voto no positivo de Cobos” no fueron “canjes”?
“A papá gorila con bananas verdes”
“A llorar al campito”, dirían en el barrio, si no se les diera por cacerolear porque Julio Cruz no fue convocado por Maradona porque apoyó a De Narváez.
Al final, el resultado de la votación fue más holgado que el triunfo agónico de la selección de fútbol, frente a su par peruano.
Al final, la selección nos genera más adrenalina que la “Ley de Medios K” y Palermo, en el último minuto, es más confiable que Cobos.
Hasta en el famoso artículo 161 triunfó el oficialismo por más de diez votos.
Así es la Democracia.
Lo que es “el porotómetro” sin pilas, que hay que resucitar los modales de Moreno e inventar maniobras sobre Papel Prensa, para que la derrota no sea tan estrepitosa.
Hace quince años, ante un fracaso futbolístico, “la popu” coreaba “Maradoooooo”. Hoy pide a Martín Palermo.
Ante un fracaso político, “el gran diario de autoayuda” pide a Duhalde, como antes titulaba “¡Todo dicho!”, a horas de un golpe de Estado.
Y Duhalde se lo cree, y Barrionuevo se anota, y hay quienes se creen que esa es “la nueva política”, y hasta los ven “altos, rubios y de ojos celestes”, como lo vieron a Menem, o como creyeron ver a la reencarnación de “El Che” en el aburrido De La Rúa.
Así como hoy creen ver en Néstor y Cristina Kirchner al mismo Hugo Chávez.
Cuando alguien escribe o actúa una ficción, es condición imprescindible que el lector o el espectador “se crean” esa ficción.
Es decir; un relato no tiene que ser “verdad”; tiene que ser “creíble”, nada más.
La verdad es otra cosa.
Sobre la última compadrada de Guillermo Moreno y las intensiones de que el Estado expropie Papel Prensa, sólo tenemos “un relato”.
Creíble, si uno cree en quien se lo cuenta, justo el día de “la gran goleada”.
Qué casualidad; ¿no?
La única verdad es la realidad, los Reyes Magos son los padres y Alfredo Alcón no es San Martín, ni Rodolfo Bebán es Juan Manuel de Rosas.
Lo dice alguien que, también, escribe “ficciones”.
Habrá quién las crea, y habrá quién reviente.

Buenos Aires, 12 de octubre de 2009

miércoles, 7 de octubre de 2009

"MEDIATIZADOS"















“¿Quién de nosotros
no sabe del otro?”

Alfredo Zitarrosa, “Milonga en Do”


Menos mal que aquella propuesta del rabino Sergio Bergman de cambiar el “¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!” del Himno Nacional Argentino, por “¡Seguridad! ¡Seguridad! ¡Seguridad!” no tuvo el eco imaginado y soñado por la “sociedad decente, bienpensante y apolítica”(o “hipócrita, ignorante y de derecha”, según la cuente, cada uno, de acuerdo a “cómo le fue en la feria”).
Sino; no hubieran podido usarlo para los spots televisivos contrarios a “La Ley de miedos K”, ni para el acto del martes pasado, frente al Congreso Nacional, con el rabino Bergman, Raúl Castells y “el torito” De Ángeli, como “luchadores de semifondo”.
Y pensar que a los Süller, a Winograd y a Zulma Lobato los llaman “Los mediáticos”.
“El afán de figurar fue tu hobby preferido”, decía el tango “Tortazos”.
Es que el Himno da para todo; y, últimamente, parece que cualquiera que lo cante se puede sentir mucho más argentino que el encargado del edificio o el diariero de la esquina.
Aunque lo cante con la letra institucionalizada hace casi cien años, para la ocasión de la visita de “La Infanta Isabel”, cuando le sacaron las estrofas que decían “A sus plantas rendido un León”, y que sigue diciendo “¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!”
La que sí se atrevió a cambiarle la letra y a grabarlo, casi como una despedida, fue Mercedes Sosa.
En lugar de finalizarlo con el clásico “Oh juremos con gloria morir”, prefirió cantar “Oh juremos con gloria vivir”.
Todo un matiz. Todo un detalle que modifica “el todo”.
Obviamente, no debe haber sido esa la versión que cantaron en la plaza San Martín, el lunes pasado, “las huestes de Cecilia Pando”, por más “dietéticos” que hayan decidido mostrarse en esta ocasión.
La vieja metáfora de “el lobo con piel de cordero”(y “a papá mono con bananas verdes”).
Mientras tanto, para “el Gran Diario de Autoayuda”, el conflicto de Kraft Food se limita a “un problema de tránsito”; de si está cortada la autopista Panamericana o alguna otra avenida.
No hubo 160 despedidos, no hubo violación de la legislación local ni de los acuerdos alcanzados por parte de la empresa, no hay conflicto entre la comisión interna y la conducción nacional del gremio, no hay intentos de nacionalizar el conflicto(de un lado y del otro), no hay intenciones de utilizarlo como un “caso testigo” para futuros pleitos.
No. Mientras en la ciudad de Buenos Aires y alrededores no se corte una calle, no hay ningún problema en la Argentina.
Es que las pautas publicitarias de las marcas de Kraft Food deben ser muy importantes como para salirse del libreto de “el caos de tránsito”.
Claro que cuando éstas vienen de empresas comerciales, no generan “mordazas”, “censura previa” o “ataques a la libertad de expresión”, en las redacciones.
Es como la corrupción.
El corrupto, siempre, es el Estado o el gobierno(el que pone “el precio” y el que cobra).
Nunca parece haber un “corruptor” privado(el que paga y “por algo” paga).
Por eso, no se entiende “el berrinche” de el “periodismo (de) independiente” por la cuestión de la distribución de “la pauta oficial”.
Si los medios que no cuestionan al gobierno no lo hacen porque reciben publicidad oficial; ¿el “periodismo (de) independiente” patalea porque no la recibe?
¿Les gustaría ser oficialistas, pero el gobierno no los deja?
Si el gobierno hubiera pautado publicidad en esos medios; ¿qué habría sido de “la valija”, del avión de Jaime, de las carteras Louis Vuitton, de la “bipolaridad”, de los modales de Moreno, del “crecimiento a tasas chinas” de los patrimonios, de la piña de D´Elía, y hasta de las humaredas del año pasado?
¿No es mejor esta “independencia” al “clientelismo mediático” de las épocas de “Papel Prensa”?
Por lo visto; parece que no.
Como el adicto a la cocaína, los adictos al dinero y al poder siempre quieren más.
Pero, volviendo a lo del “caos de tránsito”; parece que el escenario montado sobre la calle Solís, durante el acto de repudio a la “Ley mordaza”, no provocó nada por el estilo.
Al contrario. Todo sea por la “Libertad de expresión”.
Es que por allí pasan líneas de colectivos que transportan personas hacia el Sur de la ciudad; hacia La Boca, Constitución, Barracas, Pompeya, Parque Patricios, Villa Soldati o Villa Lugano.
Barrios donde vive gente que no consume, que no genera riqueza.
Por lo tanto; una cosa es “impedir la libre circulación” de quien viaja en auto o en combi hacia “Vincent López”, y otra cosa es “clavarlo” al que vuelve de trabajar en colectivo hacia Villa Riachuelo.
Lo mismo parece pasar con esta nueva “Triple A” o nueva “Liga Patriótica”, que se da en llamar Unidad de Control del Espacio Público(UCEP), integrada por “patovicas” y “barras-bravas”, que por las noches, salen a atacar a los indigentes que duermen en las calles de “la reina del Plata”.
Igualito que los “lúmpenes” reclutados por López Rega, Osinde y los comisarios Villar y Almirón, que capturaban “zurdos”; o los “niños bien” de Rivadeneira Carlés que perseguían inmigrantes; estos “poco-seso” salen a destruir las pocas pertenencias de quienes viven a la intemperie, con los mismo métodos “civilizados” que sus antecesores.
¿Por qué el “periodismo (de) independiente” no se hace eco de esto?
Quizás, en los coloridos avisos, de fondo amarillo y letras negras, esté la respuesta.
Todo sea por la “libertad de expresión”.

Buenos Aires, 7 de octubre de 2009

lunes, 5 de octubre de 2009

"GRACIAS A LA VIDA"


“Viva Tucumán,
menos uno”

Mercedes Sosa, en “Zamba de Monteros”


Se nos fue “La mami”, como le decían León y el negro Heredia; la que nos enseñó a escuchar y a entender a Manuel J. Castilla y al “Cuchi” Leguizamón, a Isella y a Tejada Gómez, a Hamlet Lima Quintana, la que le puso la mejor voz que podía a esa aritmética chacarera de Eduardo Lagos que se llamaba “La oncena”.
La que nos tradujo a Yupanqui, como si hiciera falta.
La que se le animó a Cadícamo, a Manzi y a Cátulo Castillo, viniendo de “otro palo”.
La que los mantuvo vivos a Violeta Parra y a Víctor Jara.
La que se les animó a Caetano, a Chico y a Milton, en portugués o en español.
La de “todo cambia”.
La que nos hizo sentir menos “parias” a los que escuchábamos a Charly, a León o a Spinetta; la que, últimamente, nos demostró que era una boludez no mezclar un poema de Tejada Gómez con el pibe de “Calle 13”.
Se nos fue la de los discos escondidos en la funda de uno de Doménico Modugno o de Sabú, como para no levantar sospechas, en momentos en que todos éramos sospechosos.
Se nos fue la responsable de aquel beso inolvidable.
Se nos fue la voz en la que volaba un pájaro libre en libre vuelo, cuando la moda era “hacer puntería”.
Se nos fue “la voz de América”, “hermano americano”.
Queda la música; esas canciones que siempre van a estar volviendo “cantando al sol como la cigarra”; o prometiendo “cuando tenga la tierra”; la de “las simples cosas”.
Los que ya sabemos, se quedarán con la anécdota de cuando fueron presos ella y toda su audiencia, en Quimes, allá por 67, cuando mandaban los chupasirios.
Esos recordarán las actuaciones suspendidas por amenazas de bomba o el exilio.
Nosotros, nos quedamos con el Ópera, en febrero del 82, cuando nos ayudó a mojarle la oreja a la dictadura, antes de Malvinas.
Nosotros, los que estamos de “éste lado”, nos quedamos con el recital en Ferro, con el de Vélez, con el del Gran Rex, con León y con Víctor, en plena hecatombe del 2002, cuando nadie quería cantar.
Nos quedamos con muchas otras veces, como la de “El Rosedal” o la de “El Colón”.
Nos quedamos con cuando cantó para Cristina, Lula, Bachelet, Evo, Chávez, Lugo y Tabaré, y uno no pudo reprimir un “¡Ganamos!”.
Ellos, los miserables que se quedan con las migajas de la represión, se conforman con muy poco, con simples consuelos de esbirros.
Se nos fue “la negra”.
Sí. Lo sentimos y lloramos.
Pero hoy era el día señalado, el de cantar, decir o susurrarnos “Gracias a la vida”.
Gracias a la vida por haber sido contemporáneo de una voz y una personalidad tan “señera”.
Gracias a la vida por haber permitido que su canto nos enseñara sobre la belleza y la ética.
Gracias a la vida por haber permitido que seamos esto que somos, escuchándola.
No vale la pena decir “cuanto hijo de puta anda suelto”.
Nos queda el desafío de aplicar lo aprendido y lo vivido, sin ella.
Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Gracias a Mercedes que nos ha dado tanto.

Buenos Aires, 4 de octubre de 2009

sábado, 3 de octubre de 2009

"BOTÓN DE MUESTRA"


“Cantor, para cantar,
si nada dicen tus versos;
¡ay!
¿para qué vas a callar al silencio?”

Carlos Carabajal y Pablo Trullenque; “Entre a mi pago sin golpear”


A la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual el “periodismo (de) independiente” la denomina “Ley de Medios K”; aunque en vista del tamaño de su ofensa y su resistencia, debería decirle “Ley de Miedos K”.
Claro que, más que de miedo, habría que hablar de pánico.
Al paso que vamos, en cualquier momento, se dirá que si la Ley es sancionada los locutores no podrán decir la hora ni la temperatura, ni menos que menos la letra “Ñ”.
Todo por el ensañamiento que “el gobierno revolucionario y populista” tiene con “el gran diario de autoayuda”, cuyo suplemento de cultura pasará a llamarse “K”; y hasta el medio podría llegar a llamarse “Klarin”.
Incluso la radio AM del grupo podría cambiar su nombre(Mitre) por el de “Radio Alsina”.
Afortunadamente para el bien de los mortales, el tema “no pica” ni en los cafés, ni en las oficinas, ni en las peluquerías.
Ni siquiera en los taxis, que ya es mucho decir.
No hace falta hacer ninguna encuesta. Con salir a “masoquearse” con cualquiera de los “Caos de tránsito”, que se publican diariamente alcanza y sobra.
Así de ingrata es “la gente”.
Tanto formarla a nuestra imagen y semejanza, tanto insistirle en “la verdad de la milanesa”, para darnos cuenta que al público, a nuestros lectores, televidentes y lectores les importa “tres belines” lo que pueda pasar con las señales de televisión y radio de “el Gran Diario de Autoayuda”.
Hasta hay quien se atreve a asegurar que el Proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual le importa a “la gente” menos que “lo que pasa en Honduras” a Mirta Legrand.
Incluso se dice que le importa menos que a la SIP, ARPA y ADEPA el cierre de dos radios opositoras en Tegucigalpa, por más que no hacen otra cosa que hablar de la “Libertad de Expresión”.
Si no las cierra Chávez, Kirchner, Correa o Evo Morales ni vale la pena sacar un comunicado.
Tampoco será cuestión de ilusionarse demasiado de que los cambios en el dial o en el control remoto serán tan drásticos u optimistas, ni se modificará tanto la vida de “el ciudadano de a pie”.
Porque la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual es a los medios actuales, lo que en su momento fue la Ley de Divorcio para la Iglesia Católica.
Y después de casi veintidós años de la sanción de dicha ley, no hubo ni las “sodomas y gomorras” que anunciaba Monseñor Quarraccino.
Claro que la Ley de Divorcio no impidió ni la violencia familiar ni los abusos de menores. Tampoco era su cometido.
Es decir, que la “Ley de miedos K” no impedirá que Sofovich, Tinelli, Mirta, Susana y Moria continúen con la contaminación neuronal de la población.
Sólo que, quienes querramos, podremos preservarnos.
Tampoco se evitarán titulares como el famoso “La crisis causó dos nuevas muertes”, al día siguiente del asesinato de Kostecki y Santillán, todo para “honrar” la “pesificación asimétrica” Duhalde.
Ni siquiera impedirá hechos como cuando “Telenoche Investiga” denunció al entonces Gobernador de la Provincia de San Luis, Adolfo Rodríguez Saa, y menos de dos años después, cuando el puntano fue Presidente, por cinco días, dicha investigación había volado de la página de Internet del programa.
Ser mejores, no mentir, no manipular, no dependerá de una ley; pero sí va a ayudar.
Nada más que eso.
Justamente, para no leer notas periodísticas como la de la foto que ilustra esta columna.
Y “ahora dicen” que “estamos en una dictadura”.

Buenos Aires, 2 de octubre de 2009