sábado, 21 de noviembre de 2009

"CRÍA CUERVOS Y LA CULPA DEL CHANCHO"


“Y si la caga haga el favor
De engalanar la boñiga;
Que asombrado el mundo diga
¡qué lindo caga el señor!”

Joan Manuel Serrat, “Lecciones de urbanidad”



Cada día que pasa, el sueño de la policía propia se parece más a una pesadilla, y Buenos Aires no está tan bueno como iba a estar.
Parece un estigma; y, a veces, es mejor callarse la boca; o “hacerse el boludo”, como aconsejaba Felipe Solá.
Hace trece o catorce años atrás, el que dijo que “la bonaerense” era “la mejor policía del mundo” terminó tan defraudado como “el que depositó dólares” y como “el que depositó pesos”.
Ahora, quien le decía al “best seller de La Cornisa” que Palacios era “el mejor policía” y que le confiaba “la seguridad de su familia”, terminó “agarrado al pincel” como los que esperábamos “la revolución productiva” y “el salariazo”.
¡Perdón! Cierto que nadie lo votó.
Es que, por estos lares, “los topos” sueñan con “el agente de CIPOL”; pero, ni siquiera, tienen la gracia de Maxwell Smart; y eso ya tendría que estar en el presupuesto de alguna dirigencia.
“Crisis es oportunidad”, dicen que dice el tatuaje chino que el diputado “Alika-alikate” luce en su cuello.
Pero, a veces, las oportunidades llegan sin venir de la mano de una crisis; sobre todo la oportunidad de “no aclarar porque oscurece”.
A veces, también, las crisis son consecuencias de haber aprovechado mal las oportunidades.
Es que si “entre gitanos no nos vamos a adivinar la suerte”; sí nos podemos pinchar los teléfonos entre complotados, aunque estemos en el mismo bando.
Eso sí; con buenos modales y con buena letra.
Así como viendo el comportamiento de los niños durante los juegos, uno puede imaginarse cómo serán de adultos; observando el comportamiento de ciertos adultos, uno puede imaginarse cómo eran de niños.
Cuando al jugar a “la escondida”, al común de los mortales nos cantaban “Piedra libre”, no nos quedaba más remedio que esperar que alguien cante “para todos los compañeros”.
En cambio, ciertos niños, en la misma situación, llamaban al papá, para que intercediera en el juego.
Hoy, ciertos “adultos-niños”, cuando les cantan “piedra libre”, se victimizan, le echan la culpa a otros y, si es posible, “meten por la ventana” la valija de Antonnini, la bipolaridad o las carteras Louis Vuitton.
Así se ahorran el trabajo de responder a ciertas preguntas, como antes de “contar”, durante “la escondida”.
¿Quién nombró al “Fino” Palacios al frente de la Policía Metropolitana, y después lo “bancó a muerte”? ¿Aníbal Fernández?
¿Quién contrató a Ciro James? ¿Rudy Ulloa?
¿Quién nombró a Chamorro como segundo de Palacios? ¿Luis D´Elía?
¿Quién compró vehículos y uniformes (éstos últimos a Kanoore Edul) en forma directa, sin licitación previa? ¿Guillermo Moreno?
¿Quién espiaba a Coto, Ávila y Rodríguez Larreta? ¿Hugo Moyano?
Menos mal que lo de Néstor Leonardo, el cuñado de Mauricio Macri, “pareció un accidente”; o “un caso más de inseguridad”.
Es que por más que se críen cuervos, la culpa siempre será del chancho.
Nunca de quien le da de comer, por más que le coman los ojos(celestes).
Ya lo dijo un “kirchnerista de la primera hora” como Ricardo López Murphy: “Si Macri es la nueva política, estamos en el horno”.
¿Será por eso que hace tanto calor?

Buenos Aires, 21 de noviembre de 2009

lunes, 16 de noviembre de 2009

"HACER O NO HACER"














“Contame una historia,
mentime al oído”

Eladia Blázquez, “Contame una historia”


Los estados de crispación “garpan”, como dicen los pibes de hoy en día. Y “garpan” muy bien.
Claro que “el crispado” no lo sabe.
Y no lo sabe, -sencillamente-, porque no es él quien cobra por aportar su crispación.
Es como sucede en ciertas guerras entre naciones, en las que el motivo de disputa es rápidamente olvidado.
Los que ganan son los vendedores de armas, los proveedores de medicamentos, o las empresas constructoras encargadas de “la reconstrucción” en la post-guerra.
Los muertos, los mutilados y los heridos les quedan a “los crispados”, o a “los patriotas”.
Por eso, en este estado de “crispación general”, cada cual aporta su granito de arena; como este blog.
Sucede que la inseguridad, la pobreza y el caos de tránsito “garpan”; y “garpan” muy bien; como las guerras.
Claro que no le “garpan” a los pobres, a las víctimas de delitos, a “los embotellados”, o a los “pibes chorros”.
“Garpan” a los que se la pasan hablando o escribiendo sobre la pobreza, la inseguridad y el caos de tránsito, con el mismo conocimiento y originalidad con el que, hasta hace poco, se la pasaban hablando de los modales de Maradona, de las retenciones, del humo, de un alerta meteorológico, y de todos los etcéteras y etcéteras que nos podamos imaginar.
Todo el esfuerzo se concentrará en preguntarle a un automovilista que no puede cruzar la avenida 9 de Julio; “¿qué opina de este piquete?”
¿Y qué va a opinar el hombre?
¡Chocolate por la noticia!
Preguntarle a la víctima de un delito qué opina sobre la inseguridad, es como preguntarle a un hombre que acaba de ser abandonado por su esposa o su novia qué opina de las mujeres.
¿Qué va a decir?
Que salvo su madre y su hermana, todas las demás(incluidas la Virgen María y la hermana Teresa de Calcuta) son “una manga de locas”.
Y en este contexto en el que la originalidad y el aporte a una solución brillan por su ausencia, nadie le hará caso a Gardel cuando aconsejaba que “de las mujeres mejor no hay que hablar”, y nadie se privará de mencionar, una y otra vez, “la soga en la casa del ahorcado”.
Ahorcado al que, -pobre-, nadie le pagará un miserable viático, ni un “bolo” para cobrar en “actores”, por salir a la puerta de su casa y decir lo que cualquiera de nosotros diríamos en las mismas circunstancias.
No importa. Cuanta más sal en la llaga, mejor; Santo, María Laura.
Y si podemos avisarle a los malvivientes que ciertos lugares de la ciudad de Buenos Aires no tendrán custodia de la policía; muchísimo mejor.
La primicia ante todo.
Y si. “Nadie hace nada”, como dijo Maradona; lo que le valió el indulto por el exabrupto del “que la sigan chupando”.
Pero, igual, llama la atención que un personaje, que hizo de la burla de la desgracia de simples anónimos “un estilo de humor”(¿quién se acuerda, hoy en día, de “las cámaras sorpresas”, de los bloopers, del “¡Rompé, Tito, rompé!”), nos venga a dar(a Luis D´Elía y a cualquier cristiano) lecciones de paz y convivencia.
Llama la atención, también, que otro personaje, que fue encontrada culpable del delito de contrabando(¿quién se acuerda, hoy en día, del Mercedes Benz importado con franquicia para discapacitados, escondido bajo una parva de pasto, dentro de un galpón?) y de estafa(¡Pero, padre!; ¡usted quiere hacer un Sheraton!), venga a pedir represión contra quienes reclaman por lo que consideran sus derechos.
“Andá a cortar la Quinta Avenida en Nueva York”, -dicen que dijo.
“Andá a contrabandear un auto en Miami o a estafar a Billy Graham”, -debería contestarle alguien, si la capacidad de re-preguntar fuera una de las competencias de los movileros que dicen informarnos.
También, llama la atención que otro personaje, que ha hecho de “la botoneada”, de la extorsión y del husmeo en braguetas ajenas “su medio de vida”, se ponga a darles lecciones de “lo que es trabajar” a personas que han quedado “a la buena de Dios”.
Lo que llama, -aunque no debería llamarnos-, la atención es que una reivindicadora pública de la última dictadura militar, se esfuerce en convencernos que, hoy, vivimos en una dictadura.
Lo que llamaría la atención, -aunque no debería sucederle a “los crispados”-, es que todos estos personajes cobran, y mucho, por cada segundo en que se demoran por estas lecciones éticas y morales.
Como dijo Darío Grandinetti: “Estos personajes, en otras épocas, no hubieran dudado en alcahuetear a quienes pensaban rarito”.
Como dijo el ex Presidente Alfonsín acerca de un gobierno al que estos personajes apoyaron públicamente, y hoy se desdicen de lo dicho: “Pintan a la madre de negro, la venden como esclava y, después, no la entregan”.
Mientras tanto; verdaderamente, por las víctimas de la inseguridad, por “los pibes chorros”, por los embotellados por los piquetes, por los que producen los piquetes, por los pobres; “¡Nadie hace nada!”, como dijo “el indultado” Maradona.
A menos que creamos que repetir a cada rato “¡Algo hay que hacer!”, signifique “¡Hacer algo!”.
A menos que creamos que Tití Fernández e Ileana Calabró se parecen a Michael Jackson.
Y, sino, le mandamos un saludo a Marcelo; y con eso arreglamos todo.


Buenos Aires, 15 de noviembre de 2009