domingo, 26 de abril de 2009

"ES LA POBREZA Y LA DESIGUALDAD… ¡ESTÚPIDO!"

“Pobre gente,
la gente,
que en nombre de su Dios
mata a otra gente.
Pobre Dios el de esa gente.
cruel, perverso,
nunca escucha los dolores
de la gente asesinada
por los odios
que ese Dios desata impune
ante su gente”.

Liliana Felipe; “Pobre gente”



Tener un arma en la casa no siempre es muy efectivo, a la hora de prevenir o de evitar un delito; y el chofer Daniel Capristo ya no puede dar fe de ésto. No sólo no pudo evitar su asesinato; sino que hasta podría haber herido o matado a un vecino, o a alguno de sus hijos, de acuerdo a las pericias judiciales realizadas en el lugar, y que ni TN, ni Crónica TV, ni C5N difundieron, de la misma manera que propalaron el intento de linchamiento del fiscal.
Es que un trabajo pericial es una labor fría, seria, que requiere de especialistas en la materia que, generalmente, conduce a desentrañar lo ocurrido, y que será imprescindible a la hora en que un juez imparta Justicia.
En cambio; la cobertura de un linchamiento no requiere de ninguna frialdad, ni de ninguna especialización, ni técnica. Mucho menos de seriedad. Sino de movileros cebados como fieras que olieron sangre, a quienes no les interesa contar la verdad, sino realizar un relato espectacular que haga valer el raiting sobre la competencia; y no propender a que se haga “Justicia”, sino a un “ajusticiamiento” por parte de una turba exacerbada por sus quince minutos de fama.
Es que “el show debe seguir”; y cuanta más inseguridad haya mejor. A la pena de muerte exigida por la farándula, esta semana, se le agregaron los pedidos de amputación de miembros y de control de la natalidad a los habitantes de las villas, exigidos por simples “ciudadanos anónimos”.
“Dale nomás… Mezclao con Stavisky va Don Bosco y “La Mignon”, Don Chicho y Napoleón, Carnera y San Martín”.
Porque, desgraciadamente, a los medios de comunicación no les interesa la seguridad. Para ellos, siempre es mejor alguien desangrándose en la vereda que una ambulancia que llega a tiempo. Es más; la ambulancia conspira contra “la libertad de prensa”, como bien lo advertían “los tíos Bernardo y Chiche”.
Pero, también, -reconozcamos de una vez- desgraciadamente, la justicia no puede hacer nada contra la inseguridad. Su trabajo consiste en “llegar después” de que el delito se cometió. A lo sumo dictará una condena acorde para el culpable del hecho, que dejará satisfechas o no a las víctimas o sus deudos. Pero eso, siempre, ocurrirá después. Nunca antes que el delito se produzca.
Por lo tanto; ningún endurecimiento de las leyes penales evitará que ciertos hechos ocurran.
Acaso; ¿qué ocurrió luego de las modificaciones arrancadas al Congreso Nacional, bajo la presión de las velas de las marchas convocadas por Juan Carlos Blumberg, hace ya cinco años? ¿Cuántos delitos se evitaron? ¿Contribuyeron a disminuir la inseguridad?
En estos días se debate en el Congreso la baja en la edad de imputabilidad. ¿Qué va a pasar después? ¿Es de esperar que los menores dejen de delinquir? ¿Dónde van a ir a parar los pibes mayores de catorce años, luego de cometer un delito? ¿A los mismos institutos donde van a parar hoy los mayores de dieciséis? ¿Contribuirá la aprobación de la ley a mejorar la seguridad? ¿Tendrá “la gente” más tranquilidad? ¿Tendrán los pibes mayores de catorce otro horizonte, luego de haber sido procesados como adultos? ¿Acaso algún mayor de dieciséis, de dieciocho o de veintiún años dejó de cometer un delito pensando en el endurecimiento de las penas?
Después del delito llegan la ambulancia, los móviles de televisión, la policía y la justicia. Antes del hecho, llegan unas condiciones de vida que llevan “derechito” al delito como forma de supervivencia.
¿Qué se puede esperar de un joven “nacido y criado” entre el hambre, la desnutrición, la mortalidad infantil, la violencia doméstica, el hacinamiento, la discriminación, la promiscuidad, la falta de motivaciones, de acceso a una educación y a una salud esenciales, de posibilidades laborales, donde “el paco” llega antes que los antibióticos, donde el “gatillo fácil” llega antes que el Estado, donde siempre falta “alguien”, porque está preso, o muerto o fugado? Si a esto le sumamos, el agravamiento de estas condiciones de generación en generación; evidentemente, no podemos esperar el surgimiento de una camada de candidatos a Premios Nóbel.
Educar ciudadanos, es mucho más que enseñar buenos modales.
El endurecimiento de las penas o la baja en la imputabilidad hará que quienes cometieron un delito, no lo continúen haciendo durante un lapso de tiempo. Pero, con estas “divisiones inferiores”; el recambio es inmediato.
Porque no es cuestión de “mano dura” o “garantismo”, de “justicia por mano propia” o “puertas giratorias”. Es la pobreza y la desigualdad; estúpido. Y a esas no hay muro, ni rottwiller, ni chumbos que las puedan frenar.

Buenos Aires, 24 de abril de 2009

viernes, 17 de abril de 2009

"LA ZARANDA"

“Mi amor se te parece
te pide varias veces
lo que te ofrece.
Tu amor que cuando crece
siente que lo merece
también pide milagros, mares y peces”.

Alfredo Zitarrosa, “Amor en entredicho”



Si es cierto que el “post-Kirchnerismo” está “a la vuelta de la esquina”, como decían que lo estaban “la revolución y el socialismo”, en la década del setenta; estos días de “poroteo” no pueden ser “de bajas calorías”, como se pretende creer, o hacer creer.
No porque el kirchnerismo goce de buena salud y no sufra los desgastes naturales y “sobrenaturales” de una gestión cualitativamente larga. Sino porque la selección de los relevos se está haciendo cuesta arriba, fruto de chapuceos oportunistas, que no tienen nada que envidiarle a las “candidaturas testimoniales”.
Empezando porque no hay “figuras” para todos los gustos, y los partidos ya no proveen de cuadros que “lleven el bastón de mariscal en la mochila”, como decía Perón; o de “curitas en cada parroquia”, como decía Alfonsín. Los miembros de la farándula y el deporte se han encerrado en sus propios mundillos de códigos, traiciones, vanidades, aprietes y chismes, y no están dispuestos a salir de allí para cubrir los papeles que los dirigentes políticos “no pueden, no saben o no quieren” cumplir.
Basta recordar las épocas de Moria Casán, Zulma Faiad, y Borocotó como “Mascarones de proa” de vaya uno a saber qué tripulaciones.
Es que, por un lado, a pesar de todo lo ocurrido en este año y medio, octubre de 2007 fue la semana pasada; y los que entonces estaban en el candelero nunca se bajaron para ocupar del todo el lugar para el que se hicieron elegir. Siguieron actuando como candidatos a futuros cargos. En lugar de tomar las responsabilidades, aumentaron sus aspiraciones.
Vaya como ejemplo el de un titular de un Poder Ejecutivo distrital quien salió a denunciar a los cuatro vientos que los índices de inflación oficiales no eran reales, y terminó enfrentando una seguidilla de huelgas de agentes de su administración, quienes le exigían una recomposición salarial acorde a los índices de inflación que él decía que eran los reales.
Así como, entre 2005 y 2007, este señor no sabía para qué se había hecho elegir diputado, y continuaba actuando como aspirante al cargo para el que luego sería elegido; desde diciembre de 2007, actúa como candidato a presidente, en lugar de gestionar desde el lugar para el que fue elegido por “la gente”.
Sabido es que Fernando De La Rúa hizo algo parecido cuando fue electo Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en 1996, para poder ser candidato a presidente tres años después; pero dejó “su gestión” en manos de su Vice, Enrique Olivera, quien recién varios años después aspiraría a una candidatura.
También es cierto que, en 1996, nadie tenía “la vaca atada” sobre lo que podría ocurrir en 1999, posibilidad de re-reelección de Menem mediante.
Pero, en el caso de este señor que utilizamos como ejemplo, su Vice(quien se ha tomado sus funciones constitucionales de acuerdo a su “savoir fair”) no tiene más remedio que ser candidata “a algo”, ya que no hay quien “se cargue el equipo al hombro”.
Por lo tanto; si el titular del Poder Ejecutivo distrital actúa como posible candidato a presidente, en 2011, y su Vice está obligada a ser candidata “a lo que sea”, este año; la gestión quedará en manos de quien “la gente” no eligió.
Así de respetuosa parece ser la tan mentada“nueva política”.
Por otro lado; los egos y vanidades de los personalismos que caracterizan a la política argentina de los últimos años, no permiten que “los pibes jueguen en primera”. Por lo tanto, cuando hay que armar el equipo se tiene al goleador; pero faltan el enganche, el carrilero y el doble cinco, y encima nadie quiere ir al arco, ni siquiera “el gordito de la cuadra”. Como no hay “cantera”, hay que salir a “comprar jugadores”; por lo que el orden de las candidaturas las define “el dueño de la pelota”; es decir; el que tiene “la teca”, “la biyuya”, “los morlacos”, “la tarasca”, “la tela”, “la moneda”, “el billete”, “las rupias”, “el dulce”; y entonces, no hay capacidades ni trayectorias que valgan.
A eso se le suma que el segundo lugar tenía que estar reservado al “capo de la hinchada”, al que podría mover “el aparato”, el que podría poner “la gente”, la mística y la logística para los actos, los fiscales y todo eso que hasta hace poco se lo llamaba “clientelismo” y ahora resulta ser tan imprescindible.
Por lo tanto, el tercer lugar quedó reservado para “el que se fue a Sevilla y perdió la silla”. Por eso lo primerearon entre “el dueño del club” y “el capo de la hinchada”, y el asiento se lo robó Claudia Rucci, apadrinada por el “Momo” Venegas, el dirigente sindical de los trabajadores rurales, los peores pagos del país y declarado como “desaparecido” durante el conflicto entre el gobierno y “el campo”(¿No era que Duhalde no tenía nada que ver con esta alianza?).
Es que es comprensible. No se puede estar en “la trinchera”, en la gestión, en “el día a día”, y también “cuidar los porotos”. No se puede estar en la misa y en la procesión.
Finalmente, parece que lo comprendieron. “El dueño de la pelota” y “el presunto capo de la hinchada” tienen todo el día para “rosquear”, armar y desarmar, y no tienen que lidiar con pavimentos, docentes, médicos, trabajadores municipales, calles que cambian de mano, villas miserias que crecen, impuestos que se triplican y el dengue que “nos importan” desde el resto de las provincias.
Por eso, tiraron a “La Rucci” por la misma ventana por donde la habían metido, “el capo de la hinchada” tiró un par de cadenazos “al boleo”, y se pusieron a esperar a “el que se fue a Sevilla”, que no apareció.
Pero, parece que la lujosa Unidad Básica del barrio “Las cañitas” “se reserva el derecho de admisión y permanencia”. Es como esos casamientos “paquetes”, donde unos son invitados a la cena, y otros, sólo al brindis, al lanzamiento del ramo y al carnaval carioca. Por eso el emisario no pudo bailar el vals y “se lo fumaron en pipa”. Machista como es la política argentina, le ordenaron “la mina que va en el tercer puesto la ponen ustedes”; y en lugar del humo blanco del “Habemus Papa”, una humareda parecida a la de la quema de pastizales del año pasado cubrió el boulevard de la calle Chenoud.
Es que “la tercera pata” de esta “Triple Alianza” no tiene una “rubia Mireya” que sea imbatible en la Provincia, ni posee “el charme” de un “toalla mojada”; por lo que tendrá que “transferir” una porteña al otro lado de la General Paz, como si estuviera jugando a “El gran DT”, y “pagando como un chavón”, como “Garufa”, el personaje del tango.
Mientras, los otros dos lo esperan, mordiéndose los labios, hasta que esté bien cerquita la fecha y la hora del cierre de las listas, y hacerle la pregunta del millón: “¡Y vos! ¿¡Qué tenés para poner!?”
Tal vez, haya una sorpresa de último momento; o haya que conformarse “con lo que hay”. “El Dios dinero” o “el Arcángel Aparato” dirán.
Por supuesto, de ideas, de proyectos, de propuestas; ni hablar.
En fin; cosas que, cuando había partidos políticos “en serio”, no pasaban.
Mientras tanto, los medios de comunicación de la sociedad decente, bienpensante y apolítica ponen el grito en el cielo cuando la CGT pide espacios en las listas de diputados del PJ; pero se tranquiliza cuando los empresarios agropecuarios “rosquean” sus lugares con el mejor postor opositor, sin importarle la ideología, la doctrina y la historia, si es que las tienen. Como cuando se alarman ante un reclamo gremial, pero se hacen eco de los contenidos de cualquier demanda empresarial.
Más allá de estos “dimes y diretes” y estas idas y vueltas, el problema es que en todos estos vericuetos, están en juego varias cosas muy serias. La confianza de la ciudadanía, en primer lugar, a la que ni siquiera desde el marketing electoral y/o informativo se la está tratando como se debiera, desde todos los bandos en pugna. Luego; más allá de “las sociedades del espanto”; está en juego el futuro del país, si es que lo que vaticinan con tanta confianza sucede.
Veremos lo que queda.
El tema es que el “post-kirchnerismo” está ahí nomás, según dicen, y quienes pretenden ponerse los pantalones largos, todavía les quedan grandes.
Al final de cuentas, parece que no pudieran dejar de repetir “¡Contra los Kirchner estamos mejor!”.
Y eso no es una buena noticia para “la gente”.

Buenos Aires, 16 de abril de 2009

domingo, 12 de abril de 2009

“ENTRE LAS ALMAS DE LOCA Y LOS COSOS DE AL LADO”

“Todo lo que es sólido se evapora en el aire”

Kart Marx


“Leyes viejas, más genocidas
Mal presagio para la vida”

León Greco, “Para la vida”

Son tiempos electorales, y estos son días de definición de candidaturas, de acuerdos, de posturas, de rupturas y de alianzas; no necesariamente en ese orden, y las sorpresas están a la orden del día.
Son momentos de “mezclas raras de museta y de mimí”, de “agua con aceite”, de curdas que mueren “justo a fin de año, brindando con leche fría”, de “locro con dulce de leche” y de fe de conversos.
No son días de convicciones, de ideales, de valores, de convivencia y de diálogo, como lo fue la semana pasada, durante el velatorio y el entierro del ex Presidente Raúl Alfonsín.
Empezando por un reconocido periodista que dejó la dirección del diario que fundó hace apenas un año, para irse a hacer un programa televisivo en el canal de Alberto Pierri, el ex presidente de la Cámara de Diputados del menemismo, al que el hombre en cuestión tanto combatió.
De la “Radio Belgrano” del 83, del diario Página 12, del mensuario cooperativo “El Porteño”, de la FM “Rock & Pop” de Grinbank, y las asambleas barriales del 2002, a compartir pantalla con Mauro Viale. Todo un recorrido de “las jóvenes promesas de izquierda que se convirtieron en realidades concretas de la derecha a secas”, como escribió Orlando Barone, hace unos meses.
Es de suponer que dicha transferencia no fue motivada por el vil metal, o la necesidad de permanencia; sino en defensa de la credibilidad, que es “el más preciado capital de un periodista”, según decía este señor hace unos años, antes de disfrazarse de historiador o de capo-cómico en un teatro de revistas.
Vaya uno a saber los disfraces con los que nos sorprenderá en los días por venir.
Claro que, ante esta “adquisición progre” de Pierri, no se suele hablar de “borocotización”, como cuando otros se hacen oficialistas; ni de “sangría”, como cuando oficialistas de la primera hora se despiertan una mañana como los más férreos opositores de “el modelo”, en el que se sostuvieron hasta que tuvieron esa revelación tan bíblica, como si fueran los tres pastorcitos a los que se les apareció la Virgen de Fátima.
Es que, también, son días de señalar las astillas en el ojo ajeno e ignorar las vigas en el propio.
Porque está bien que parezca y sea poco serio que un gobernador quiera candidatearse a diputado, o un intendente a concejal; pero, también, era poco serio, hace unos días, que un diputado, en la mitad de su mandato, se candidateara nuevamente, para el mismo cargo, nada más que para no quedar afuera de sus expectativas para el 2011; o que una Vice Jefa de Gobierno se candidatee a legisladora, abandonando el cargo que nunca ocupó según dicta la Constitución porteña, y para el cual fue electa.
Ni que hablar de una “no candidata”, pidiéndole públicamente a otra que no se presente, para no tener que competir entre ellas.
Ni que hablar de un Vicepresidente que es líder de la oposición sin ser candidato a nada.
Sin embargo, no hubo editoriales alertando sobre “el peligro institucional”, ni consultas a constitucionalistas “del palo”, como las hubo esta semana.
Es que la transgresión y la política ya no son como cuando el periodista antes mencionado era flaco y Alfonsín era Alfonsín, Menem era Menem, Alzogaray era Alzogaray y Aldo Rico era Aldo Rico.
Es que, ni siquiera, el amor es como era entonces. Esta semana, en Mendoza, una mujer de cuarenta años fue descubierta teniendo un amor con un muchachito de quince, y un curita colgó los hábitos en plena misa porque estaba enamorado. Ambos lo hicieron con la impunidad que brindan los noticieros del mediodía cuando no hay noticias, o cuando “los personajes del año” de la revista “Gente”(Cobos, Carrió, Morales, Macri, De Narváez, Solá, Stolbizer, De Ángeli, Buzzi, Llambías, Blumberg, Sandro, Susana Giménez, Moria Casán, Marcelo Tinelli, Gerardo Sofovich, etc.) se toman unos días de descanso por Semana Santa.
Es que tampoco el celibato y el poder son lo que eran entonces. Ahí está un fiscal pidiendo 30 años de prisión para el padre Grassi por abuso de menores, y un tribunal condenando a Fujimori a 25, por genocidio. ¿Quién iba a pensar, hace unos pocos años, que estos personajes podían terminar ante un tribunal?
Evidentemente, el poder ya no es sinónimo de impunidad, como le confesaba Alfredo Yabrán a Mariano Grondona.
Lo que no ha cambiado es la tendencia a la estupidez. Ahí está el Jefe de la Unidad Antiterrorista de la Policía Británica saliendo en todos los diarios con un dossier en el que podían leerse los detalles de una operación secreta contra Al Qaeda; y Berlusconi(pensar que por estos lares hay un dirigente que quiere ser como él) diciéndoles a quienes perdieron sus casas “¡Tomensé esto como un fin de semana de camping!”.
No habrá que esforzarse mucho. Ya le va a decir “el Berlusconi argentino” a los habitantes de la villa “El cartón” que se tomen la vida entera “como si estuvieran en un fin de semana de camping”.
Y hablando de estupidez y de bromas, -o de bromas estúpidas-, ahí estuvo el “cobista” intendente de San Isidro iniciando unas obras sobre la Avenida Uruguay, que separa el municipio que “es distinto”(“San Isidro es distinto”, dicen los carteles municipales) del de San Fernando. Primero, alegó que las obras obedecían a la instalación de cloacas. Cuando ya no se pudo disimular el objetivo, salió a defender la construcción de un muro que no solo separaba a los vecinos de la populosa “Villa Jardín” del coqueto barrio “La Horqueta”; sino que aislaba a vecinos de ambos municipios. Todo en función del mediático tema de la inseguridad.
La Municipalidad de San Fernando presentó un recurso de amparo, lo que obligó a paralizar las obras. En menos de tres horas, -según el matutino “La Nación”-, chicos de catorce años de Villa Jardín demolieron el muro. Evidentemente, la obra no garantizaba tanta seguridad, como se proponía.
Ante la falta de noticias, algunos medios de comunicación hicieron hincapié en la presencia de miembros del sindicato de camioneros y de piqueteros durante la demolición; lo cual; es cierto, además de una “pelotudés de Perogrullo”.
No es muy factible que camioneros o piqueteros vivan en el exclusivo barrio “La Horqueta”. Sí lo es que vivan en Villa Jardín, barriada a la que intendente del “municipio distinto” intentaba aislar.
Lo curioso es que, entre todas las voces que se alzaron, ninguna, -salvo el gabinete del intendente “cobista”-, estuvo explícitamente a favor de la construcción del muro.
Tanto el gobierno nacional como el provincial se opusieron y condenaron la acción. Monseñor Bergoglio hizo el clásico llamado “a la concordia”; pero, parece que no ve televisión, no lee los diarios, no escucha radio, no navega por Internet, no habla por teléfono, ni conversa con los vecinos cuando hace las compras, ya que dijo no estar enterado de lo que ocurría. Monseñor Cassaretto, obispo de San Isidro, tan adicto a los micrófonos, esta vez, brilló por su ausencia e hizo mutis por el foro.
En lo que nos quedamos con las ganas los “ciudadanos de a pie” es en saber qué opinan de la cuestión dirigentes tan afectos a “la institucionalidad”, al diálogo, a la justicia social y a “la sociedad que les dejaremos a nuestros nietos”. Parece que para “el periodismo (de) independiente” tal pregunta no es aconsejable, como con el debate sobre la pena de muerte; o será que se han tomado muy en serio las vacaciones de Semana Santa.
No vaya a ser cosa que pierdan votos a un lado y al otro del frustrado muro; y estos son tiempos en los que la ambigüedad paga bien.
Tanto putearlo a Menem para hacer lo mismo, veinte años después.
La semana pasada era el momento en el cual resaltar la defensa de las convicciones, de los principios, de la defensa de la convivencia pacífica y del diálogo.
Esta semana, todos los colectivos nos dejan en la puerta del “boca de urna”, y es la del regreso de los caníbales, de “los reducidores de cabezas” y de “los Cobos con piel de cordero”.
¡Perdón! Aunque no me crea, quise decir “Lobos”.

Buenos Aires, 11 de abril de 2009

domingo, 5 de abril de 2009

"LO QUE PASÓ Y LO QUE QUEDÓ"

“Lo inmediato pierde prehistoria
y nombre.
El mundo es unas cuantas
tiernas
imprecisiones.
El río
el primer río.
El hombre
el primer hombre”.

Jorge Luis Borges, “Manuscrito hallado en un libro de Joseph Conrad”.


Mil novecientos ochenta y tres. Había pasado la dictadura y regresaba la Democracia. Habían pasado el preámbulo de la Constitución; “Sólos en la madrugada”; la denuncia del pacto sindical-militar; la plata de la Coca-Cola; “No habrá más penas ni olvido”; la ley de autoamnistía de la dictadura; con la Democracia se come, se cura y se educa; el conmigo o sinmigo; la promesa de levantar las persianas de las fábricas; somos la rabia; somos la vida, somos la paz, y el cajón de Herminio Iglesias.
Quedaban 30.000 desaparecidos; genocidas y torturadores caminando por las calles; una deuda externa que creció por mil en siete años; una industria nacional destruida; más de 600 jóvenes muertos y otros mil abandonados a la buena de Dios, por una guerra imbécil.
Pasó la derogación de la ley de auto amnistía de la dictadura; el “Nos equivocamos” de la revista “Gente”; la teoría de los dos demonios; la formación de la CONADEP; la Ley Mucci; el “¡Viniste, papá!“ de Norberto Imbelloni; el show del horror de la revista “Libre”; Bernardo Grispun y la deuda externa; las primeras compadradas de Jaroslavsky; “Saúl Querido” y las primeras huelgas en Democracia; “La noticia rebelde”; los recitales gratuitos en las plazas; las piñas durante la visita de Darío Fo; las imitaciones de Mario Sapag; el caso Briant; el Movimiento de Juventudes Políticas(MOJUPO); las marchas contra el pago de la deuda, y por el juicio y castigo a los culpables; Silvio Rodríguez y Pablo Milanés; el debate entre Vicente Saadi y el canciller Dante Caputo; el general Menéndez y el cuchillo; la publicación del “Nunca Más“; “Camila“, “Las nubes de Úbeda”, “la cháchara” y el plebiscito por el Beagle; la Junta Coordinadora y la revolución sandinista; Aliverti, “Radio Belgrado” y las cajas PAN.
También pasaron las denuncias de Guillermo Patricio Kelly; el inicio del Juicio a las Juntas Militares; el rumor de un Golpe de Estado, “todos a la plaza” y la Economía de Guerra; la Renovación Peronista; la ignorancia de Triaca y Baldasini sobre desapariciones de trabajadores y un par de huelgas más; Sourruille y el Plan Austral; el Grupo de Contadora y el Grupo Río; Guglielminetti, el clan Puccio y el secuestro de Sivak; “Cable a tierra” y el tamaño del pene; “La historia oficial”; las amenazas de bomba a las escuelas y el Estado de Sitio; el “Usted sabe” y “Alfonsín o el caos”; las cadenas perpetuas a Videla y Massera, los diecisiete años de prisión a Galtieri y los cuatro a Agosti.
Pasaron la visita de Rockefeller y “llorar es un sentimiento y mentir es un pecado”; el Óscar a “La historia oficial” y “a vos no te va tan mal, gordito”; el frustrado debate parlamentario sobre la deuda externa y el “Patria querida, dame un presidente como Alan García”; “La noche de los lápices” y “El exilio de Gardel”; “la mano de Dios” y el Mundial de México; Adelina D´Alessio de Viola y su “que lo legal y lo inmoral sean lo mismo” y la ley de “Punto Final”.
Pasaron la homilía de monseñor Medina y la respuesta del presidente subiéndose al púlpito de la iglesia Stella Maris para desafiarlo a que diera nombres; la sublevación de Aldo Rico y la lentitud del general Alais y, otra vez “todos a la plaza”, y “Felices Pascuas, compatriotas, no hay sangre en Argentina”; la ley de “Obediencia debida” llegó unos meses antes que la del divorcio y triunfó el peronismo en las elecciones parlamentarias de 1987.
Pasó el caso Veira y una nueva sublevación de Aldo Rico, en Monte Caseros. Otra vez, “todos a la plaza”.
Pasaron la huelga docente y la marcha blanca del 88; el “Plan primavera” y el “viernes negro”; la interna justicialista que Cafiero parecía ganar “con la fusta bajo el brazo”, y ganó Menem por paliza; y otra sublevación militar, esta vez protagonizada por “el macho” Seineldín, y otra vez “todos a la plaza”; y “los capitanes de la industria”; y los silbidos en la Sociedad Rural, tan parecidos a los actuales; y la inflación que se empezaba a comer todos los planes económicos.
Y pasaron la crisis energética que apagaba los televisores a las once de la noche; la infantil aventura del intento de copamiento del regimiento de La Tablada, que ninguna derecha le agradeció a Gorriarán Merlo como es debido; el vuelo fatal de Alberto Olmedo y las piñas enloquecidas de Monzón; las alcahueteadas de Domingo Cavallo ante los organismos internacionales para que no le prestaran dinero a la Argentina; la misteriosa muerte del comisario Pirker; el impotente “Se puede” de Eduardo Angeloz; los pollos de Mazzorín; “la revolución productiva” y “el salariazo” de Menem.
Y pasó lo que pasó. La inflación se volvió Hiperinflación y la desesperación en saqueos. La impaciencia de “el mercado” empujó al gobierno a perder su vigencia, apurando la asunción de los candidatos electos “con la cancha ya marcada”.
Después, también, pasó lo que pasó. “Bunge y Born”; la última sublevación de Seineldín y Gustavo Breide Obeid; el primer indulto; “Estamos mal pero vamos bien”; “Achicar el estado para agrandar la nación”; “si decía lo que iba a hacer no me votaba nadie”; el indulto definitivo; “Ramal que para, ramal que cierra”; y etcétera y etcétera, pasando por “la venta de las joyas de la abuela”, “un peso es igual a un dólar” y el Pacto de Olivos.
Pasó esta semana; falleció el ex presidente Raúl Alfonsín, protagonista de la mayor parte de esta historia que contamos. Pero, también, esta sociedad fue protagonista de las luces y las sombras de esta historia.
Ahora, la pena por la muerte de un hombre a quien se eligió y defendió, y en quien se confió, o que hizo que algunos, luego, se sintieran desilusionados, nos da permiso a revisar una parte de los últimos veinticinco años, resaltando los blancos, u oscureciendo los negros y disolviendo los grises.
Como siempre; ¿quién tiene la culpa por lo que pasó? ¿Quién despierta las expectativas o quienes las depositan en una figura, como sacándose una molestia de encima?
En octubre de 1983, Alfonsín fue electo presidente por el 52% de los votos. En octubre de 2001, dos meses antes de el “que se vayan todos”, apenas un 20% de los votantes de la Provincia de Buenos Aires lo eligió Senador.
Hoy, quienes nunca se equivocan, ni cuando se ilusionan, ni cuando se desilusionan, hablan de “un legado” y de “una lección“; pero, como siempre, aprovechan el duelo para levantar el dedo y señalar a “el otro”.
Siempre “el otro” es quien debe tomar nota, reflexionar, corregir sus procederes.
Pensar que, hace unos días, no podían dejar de hablar de la pena de muerte, de catalogar de “revanchismo” a los juicios por violaciones a los derechos humanos y de encolumnarse detrás de los mismos a quienes Raúl Alfonsín calificó como “cómplices de la dictadura”, cuando lo silbaron e insultaron, en 1988.
Murió un tipo honesto, que no dudó en agarrarse a trompadas cuando lo acusaron de ladrón. Murió un tipo “de partido”; es decir; de ideario, de doctrina, de historia; de compromiso con valores, con sus luces y sus sombras, con el que todo el mundo sabía con quién estaba hablando, acordando o discrepando. No un candidato “Pret a porter”, que acomoda sus supuestas convicciones de acuerdo lo que le dictan las encuestas.
Como en un juego de máscaras, cada cual querrá ver al Raúl Alfonsín que quiera ver. Pero; cuidado. Puede notarse en este renovado amor, la sobreactuación de un odio hacia lo que no queremos hacernos responsables.
Recordarlo no implica baldear la vereda, y sacarnos de encima los desacuerdos ni las broncas provocadas por su gestión. Significa intentar(quizás, no lograrlo) poner cada cosa en su lugar.
En definitiva; murió un hombre que no le esquivó el bulto al momento histórico que le tocó protagonizar. Nada más.. ni nada menos.

Buenos Aires, 4 de abril de 2009