viernes, 25 de junio de 2010

CÓMO OFENDER LA INTELIGENCIA


“Cacería hecha con dos naipes
(datos feos, por eso brindamos).
El mejor testigo se puede contradecir
por eso brindamos, ladrón de mi cerebro…
..No quiero que me digas nada
si es tan duro vivir como un duro.
Si corrés peligro con solo venir
no me digas nada, ladrón de mi cerebro”.

Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, “Ladrón de mi cerebro”



Cuando un Campeonato Mundial de Fútbol paraliza a una sociedad, es muy difícil mantener la atención del público desde las secciones “Política”, “Economía”, “Información General” o “Sociedad” de cualquier medio.
¡Pobres editores, jefes de redacción, periodistas y cadetes!
¡Tienen que comer, también!
Como los espacios de publicidad (que es lo que le da de “morfar” a cualquier medio) ya están vendidos, un diario no puede darse el lujo de no salir, o un programa de TV o de radio no emitirse, porque no haya noticias.
El problema es cuando “la realidad” se pone esquiva, “los contenidos” no abundan y “la gente” está en otra cosa.
Entonces, los titulares y “las bajadas” se vuelven más importantes que “la información”.
Si el resto del tiempo, todos los medios y programas, desde “Magdalena Tempranísimo” hasta “6, 7, 8”, no consideran a sus lectores, oyentes o espectadores como “personas”, “aristotélicamente racionales”; sino como “loritos”, que saldrán a repetir lo que ese medio publicó; ¿qué se puede esperar de un momento en que la sección “Deportes” desborda y se impone por sobre cualquier hecho, noticia o información?
Así, por ejemplo, esta semana, la “visita” del ex Embajador en Venezuela a la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados copó las portadas de los principales diarios.
El contenido de las notas abundó sobre la intervención de tal o cual legislador, “según cómo le haya ido en la feria” a cada medio.
Es decir; de acuerdo a sus intereses.
Ahora bien. Si, según la información publicada, la reunión en la Cámara de Diputados se realizó “a puertas cerradas”; ¿cómo hicieron los cronistas para conocer y transcribir “literalmente” las intervenciones de la Diputada Bullrich o del Diputado Kunkel, y las respuestas del diplomático, según el gusto de cada uno?
Muy sencillo. Cada diputado le paga a un asesor de prensa.
Pero, si la reunión fue “a puertas cerradas”, nadie que no sea diputado o el mismo diplomático podía estar presente.
Ergo; ni los cronistas, ni los asesores de prensa pudieron presenciar los sucedido en la reunión.
¿Qué pasó?
Cada diputado le contó a su asesor de prensa “cómo le fue en la feria”, y éste le contó a los periodistas “lo informado y lo incisivo” que había estado “su jefe”.
Que, para eso le paga.
Es decir que lo que consumimos como “verdad”, “información” o “reflejo de la realidad” no es más que una síntesis de “gacetillas promocionales”, que es lo que saben hacer(y para eso están) los asesores de prensa.
Luego, en la redacción, el cronista, el Jefe de Redacción y el Editor deciden a cuál gacetilla promocional le darán relevancia.
En una redacción a la de Bullrich. En otra a la de Kunkel.
Y eso es lo que consumimos, al día siguiente, como “verdad”, “información” o “reflejo de la realidad”, según el gusto de cada uno.
Por lo tanto; o la reunión no fue “a puertas cerradas”, como se publicó y como dicta la Ley del Servicio Exterior; o bien lo publicado fue una ficción.
“Teléfono descompuesto”, se le decía a un juego, cuando éramos chicos.
“Chismes”, le decían las viejas a su pasatiempo preferido en el mercadito del barrio.
Claro que, entonces, nadie se creía o le hacían creer que era dueño de “la verdad”.
El “teléfono descompuesto” era, apenas, un entretenimiento; como lo eran “los chismes”.
Mientras tanto, sería bueno tener en claro que una cosa es “el entretenimiento” y otra muy distinta es “la información”
Sucede que, a veces, nos confundimos o nos hacen confundir, como cuando nos parece lo mismo un cuento, la realidad y una fábula.
De hecho, un noticiero televisivo no es más que un entretenimiento, en el que ciertos sujetos “actúan” de periodistas.
Por lo pronto; que cada cual haga lo que le parezca, como cuando le contaron el cuento de “el tío francés” o el de “el gas de María Amuchástegui”.
Cada cual sabrá “hacer de su culo un pito” o salir a repetir como “un lorito” lo que escuchó que decían que dijeron que pasó.
Por eso, este blog recomienda seguir emocionándose con el gol de Palermo a Grecia, que eso sí ocurrió.
Y ni Sanfilippo, ni el “Toti” Passman lo pueden desmentir.

Buenos Aires, 25 de junio de 2010

PD: Todo lo escrito no es más que una especulación sobre lo que pudo haber sucedido, como lo que se publicó y se dijo en todos los medios. Lo bueno de un blog es que no hay que lidiar con jefes de redacción, editores, ni con espacios de publicidad ya vendidos y cobrados, como les pasa a quienes nos dicen que son “el espejo de la realidad”.

"BIPOLARES Y DERECHOSOS"


“Y pensar que hace diez años
fue mi locura,
que llegué hasta la traición
por su hermosura.
Que esto que hoy es un cascajo
fue la dulce metedura
donde yo perdí el honor”


Enrique Santos Discépolo, “Esta noche me emborracho”




Sin ponerse “colorado”, el muerto se asustó del degollado.
El heredero liquidador de “Casa Tía” le dijo “bipolar y derechoso” al heredero de SOCMA.
Pensar que, hace tres años, -según “el especialista” Jorge Fontevecchia-, la bipolar era la actual Presidenta.
Menos mal que el hombre del cuello tatuado pidió disculpas.
De continuar esta escalada bélica, el “diputado Alika-alikate” podría haber acusado a su ex socio electoral de usar “extensiones” y “carteras Louis Vuitton”.
Hasta le podría haber dicho “se empieza imitando a Freddy Mercury y se termina siendo un Flavio Mendoza cualquiera”.
Todo para quedar bien con Bergoglio, en estos días de debate sobre el matrimonio gay, y para poner fin a este “clima de confrontación”, como reclamó el cardenal(si los argentinos somos “campeones morales”, cada vez que perdemos una final; se podría decir que Bergoglio es algo así como un “Papa moral”; ¿no es cierto?).
Lo que no queda claro es lo de “derechoso”.
¿Puede un tipo que se saca una foto con Duhalde, Romero, Toma, Dromi, Rodríguez Saa y Puerta acusar a alguien de estar a la derecha de sí mismo?
Convengamos que De Narváez estaba hablando de Macri; no de Alejandro Biondini, ni del gordo nazi que vende libros en el parque Rivadavia.
¿No es como si Zamora, Ripoll o Altamira lo acusaran a Solanas de “zurdo de mierda”?
Y pensar que, hace un año atrás, festejaban juntos su “¿triunfo?” en las elecciones.
En fin. Todo sea por “chorear” algo del centimetraje mediático gráfico que Ricardo Alfonsín y Hermes Binner supieron conseguir.
En cualquier momento, los de la foto aparecen en “Bailando por un sueño”.
Los que no deben haber pedido disculpas, ni se habrán ofendido porque les dijeran “derechosos”, habrán sido los 99 porteños alcahuetes que, en un día, denunciaron a sus vecinos por mal estacionamiento.
“Estamos generando una nueva cultura”, dijo Horacio Rodríguez Larreta, dándole la razón a lo publicado en este blog, la semana pasada.
Lo cual, nos invita a sugerirle al Gobierno Porteño la apertura de una 0800 o una dirección de email, donde los denunciados por mal estacionamiento puedan tomar venganza con sus denunciadores, acusándolos de sacar la basura fuera de horario o no levantar la caca del perro.
Si vamos a ser “derechosos” seamos “derechosos en serio”.
No vaya a ser cosa que nos acusen de “bipolares”, como a la Presidenta.
Y, así, estaremos generando una nueva cultura, como dijo el Jefe de Gabinete porteño.
Tan nueva como el “ojo por ojo”, por el que nos quedaremos ciegos.
A la que la “bipolaridad” le pegó mal fue a Mirta.
¿Qué Mirta va a ser?
¿La que le dijo a Cecilia Rossetto que “lo de derecha e izquierda ya pasó de moda”?
¿La que le preguntó a Néstor Kirchner “se viene el zurdaje, Presidente”?
Si. La misma.
¿Qué habría pasado si, en vez de hacerlo frente a Florencia Raggi, Arnaldo André y Gino Renni, la diva de los almuerzos hubiera dicho lo que dijo frente a Ernesto Tenembaunn, Marcelo Zslotowiagda, Jorge Lanata o Nelson Castro?
Es una ucronía.
Como pensar lo que hubiese pasado si el tiro de Rensenbrick no hubiera pegado en el palo, o como si a Maradona le hubieran cobrado “la mano de Dios”, le hubieran anulado el gol y le hubieran sacado “la amarilla”.
Debe ser que Mirta se puso celosa de Estela de Carlotto.
A lo mejor, ella aspiraba al Nobel de la Paz por sus cuarenta años de almuerzos.
Son cosas distintas. Los almuerzos sirven para el “Martín Fierro”. No para el Nobel de la Paz.
Aunque “Televisión por la identidad” se llevó el “Martín Fierro de oro”.
¿Queda feo repetir lo que le dijo Maradona a “Toti” Passman?
Y, hablando de “bipolaridad” y del pibe de “Villa Fiorito”.
Pensar que hace un año, después del 1-6 frente a Bolivia, “el diario de la vuvuzela” hacía una encuesta a sus lectores, preguntando si “consideraban a Maradona capacitado para ser Director Técnico de la Selección”.
Hoy, convoca al grito de “ayudalo a Diego a armar el equipo frente a Grecia”.
Así de “bipolar” parece todo.
En marzo, “El secreto de sus ojos” ganó el Oscar a la Mejor Película Extranjera.
En Mayo, los festejos del Bicentenario le pasaron por encima a “el caos de tránsito”.
Todavía queda mucha tela para cortar.
Hay quienes hinchamos por las abuelas para el Premio Nobel de la Paz.
Hay quienes hinchan por Cecilia Pando de Mercado.
El domingo 11 de julio, ya sabemos lo que va a pasar.
No hay que agrandarse.
Habrá que practicar despacito, en el baño, en la habitación o en el ascensor.
“¡A comerla..!”, como diría Francella.
O bien:
“¡Que la sigan chupando!”
Pero, despacito; no levantemos la perdiz.
Si algo les encanta a “los bipolares y derechosos” es escupirnos el asado.
Por más que “la tengan adentro”.
Aunque quede feo repetir lo que Maradona le dijo a “Toti” Passman.

Buenos Aires, 21 de junio de 2010

viernes, 11 de junio de 2010

"LA MARCA DE LA GORRA"


“Pobre gente,
la gente,
que, en nombre de su Dios,
mata a otra gente.
Pobre Dios
el de esa gente,
cruel,
perverso,
nunca escucha
los dolores de la gente
asesinada
por los odios
que ese Dios
desata
impune
entre su gente”.

Liliana Felipe; “Pobre gente”



El Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene, desde hace tiempo, un 0-800 para que unos empleados municipales denuncien a otros empleados municipales.
Pero no ha abierto otro 0-800 para que docentes y alumnos de 42 escuelas porteñas pregunten cuándo tendrán estufas a gas.
Para ellos tiene, ¿provisoriamente?, unos caloventores que sirven para calefaccionar un baño, aunque se cambie el eje de la discusión hacia una riña callejera.
El año pasado, la campaña “Jugá límpio” consistió en una serie de afiches en los que unos personajes, uno más “nerd” que el otro, al grito de “¡Ey!”, nos conminaban a respetar los horarios, a levantar la caca del perro de la vereda y a tirar los papeles en los cestos.
A partir de esta semana, cualquier vecino podrá denunciar a otro que tenga el auto mal estacionado, con sólo sacar una foto y mandarla por email.
Con semejante despliegue para reclutar botones, alcahuetes, ortivas y buchones vocacionales; ¿era necesario crear una Policía Metropolitana, esos “zorros grises”, que no está facultados legalmente para detener a una simple “mechera”?
A ésto tendríamos que agregarle el accionar de la, supuestamente, desmantelada Unidad de Control del Espacio Público(UCEP), integrada por “patovicas” y algunos, hoy, tan de moda “barras bravas”, que se encargaban de echar y robarles o quemarles las pertenencias a personas en “situación de calle”.
Y si, además, nos detenemos en que el mismo Jefe de Gobierno, varios ex funcionarios suyos y dos ex jueces están procesados por realizar escuchas telefónicas ilegales, resulta muy difícil disimular la intención de estos señores de convertir a la Ciudad de Buenos Aires en una “versión sudaca” de “1984”, la novela que escribió el inglés George Orwell, allá por los años cincuenta.
Novela de donde surge el personaje de “el Gran Hermano”, que “todo lo sabe y todo lo vigila”.
¿O usted pensaba, señora, que lo de “Gran Hermano” lo inventaron Badía, “Solita” Silveyra, Rial y Mariano Peluffo?
Hace veintitantos años, “1984” era una obra halagada por los entonces jóvenes militantes del liberalismo; por aquellos años, nucleados alrededor de la Unión de Centro Democrático (UCD), y por su fracción universitaria; la UPAU.
Los seguidores del Capitán Ingeniero Álvaro Alsogaray interpretaban que la novela de Orwell era un manifiesto de la libertad y una denuncia contra la opresión de los regímenes socialistas que, todavía, tenían alguna vigencia.
Para mejor, Orwell, hasta los años cincuenta, se había considerado un fervoroso comunista, hasta que conoció la Unión Soviética y la vida cotidiana del Stalinismo.
Desencanto que expuso en dos novelas: la citada “1984” y “Rebelión en la granja”.
Es curioso que aquellos jóvenes liberales, hoy, ya convertidos en maduros funcionarios de gobierno, intenten llevar a cabo medidas propias de aquellos regímenes que tanto abominaban entonces.
Han pasado del “Estado achicado para agrandar la nación”, al “Estado vigilante y ortiva”.
De la exaltación filosófica de “el individuo”, al que “todo Estado” oprimía, a esta felicitación del “chupamedias”, que lustra la manzana antes de que entre la maestra.
Por aquel tiempo de “Juvenilia”, sabían advertir que si uno era comunista a los veinte años, a los cuarenta se haría liberal.
Es que, entonces, se decía que uno era comunista hasta que construyera su patrimonio.
No calculaban, entonces, lo que hoy demuestran.
Se habla mal del Estado, hasta que uno se tiene que hacer cargo de un Estado.
Quien se hace liberal a los veinte, a los cuarenta y tantos, se vuelve más “stalinista” que ese agente de la “Stassi” de la película “La vida de los otros”.
Claro. Después estos muchachos se sorprenden de que la Presidenta no le atienda el teléfono al Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
¿Acaso usted le atendería el teléfono a un tipo con estos antecedentes y que, justamente, está procesado por “escuchas ilegales”?

Buenos Aires, 11 de junio de 2010

jueves, 3 de junio de 2010

"BICENTENARIO Y DESPUÉS"


“¡Señora!
¿Y si el Hombre de la Bolsa tampoco quiere tomar la sopa?”

Les Luthiers, “La tanda”







Continuando con la fábula tipo “Anteojito y Antifaz” (el “Billiken” era más didáctico, a pesar de su indudable tendencia ideológica), parece inevitable el padecer el empecinamiento de ciertos “comunicadores” en “ofender la inteligencia” de lectores, oyentes y telespectadores.
Si el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires intenta sacar algún rédito político del éxito de la Reapertura del Teatro Colón, para potenciar la candidatura a la Presidencia de Mauricio Macri; está bien.
Con Ricardo Fort, Susana Giménez, Mirta Legrant, Entique Pinti y Valeria Mazza incluidos.
Todos ellos grandes conocedores de “La Boheme” y de “El lago de los cisnes”, de sus autores, del contexto y de los intérpretes.
Si alguien llegara a tener la remota sospecha de que el Gobierno Nacional “intentaría” aprovechar la convocatoria que tuvieron los festejos del Bicentenario, en la 9 de Julio, nos encontraríamos ante una nueva maniobra de “la política”, para usufructuar “el clientelismo” en pos del beneficio electoral de la dictadura que padecemos todos los argentinos.
Parecería como que Mauricio Macri y Francisco De Narváez no se dedicaran a “la política”, y sí lo hicieran sus adversarios.
Algo así como si Diego Maradona se dedicara a “el fútbol”, y Daniel Pasarella a “la gestión de una entidad deportiva”.
Como la fábula de “el borracho y el alegre”.
“¡La política es fea, sucia, mala, caca!” -parecería ser la penitencia que tenemos que escribir cien veces en el cuaderno de la “tarea para el hogar”; y si no lo hacemos, tendremos que asistir a la escuela acompañados de nuestros padres.
Lo curioso es que quienes emiten este mensaje de la “antipolítica”; o trabajan de políticos, o son periodistas de la sección “política” de diversos medios.
¡Qué loco!; ¿no?
Son como un banquero hablando pestes del dinero.
O como un carnicero vegetariano.
O como un sastre que milita en el nudismo.
O un electricista que fomentar el uso de la energía solar.
O una mujer golpeada que reivindica el machismo.
“Me parece que nos están cachando”, -diría “Enrique, el antiguo”, el personaje de Guillermo Francella.
“Y sí, Enrique” –se encuentra uno tentado a responder. –“Nos están tomando para el churrete”.
Todo hecho es político.
Luego, su trascendencia le dará el carácter histórico que merecerá o no.
La Revolución de Mayo, primero, fue “un hecho político”. Luego, se convirtió en un hecho histórico.
Sin “política”, no hubiera habido Revolución de Mayo, ni Triunviratos, ni Asamblea del año XIII, ni Declaración de la Independencia, ni Cruce de Los Andes, ni Constitución, ni Generación del 80, ni Ley 1.420, ni Primer Centenario, ni etcéteras y etcéteras.
Sin “Política”, tampoco, hubiera habido Revolución Francesa, ni Constitución de los Estados Unidos, ni Declaración de los Derechos del Hombre; ni, mucho menos, los tan mentados “Pactos de La Moncloa”.
Sin “Política” no habría, hoy en día, divorcio, jubilación, aguinaldo, paritarias y demás derechos sociales de los que todos, -quién más, quién menos-, disfrutamos.
Eso sí; sin “Política”, se prohibió a la principal expresión ciudadana, se contrajo la Deuda Externa, se masacró a 30.000 compatriotas, se realizó la Guerra de Malvinas, y hasta se prohibió un libro de química que se llamaba “La cuva electrolítica”.
Sin “Política”, tampoco hubiera existido un “Paseo del Bicentenario”, los recitales, los stands, la “perfomance” de “Fuerza Bruta”, ni la Reapertura del Teatro Colón, ni la solitaria réplica del Cabildo original en la Provincia de San Luis.
Sin “Política”, tampoco, existiría “la gente”, o “el pueblo”, o como cada quién le guste llamar a cuarenta millones de compatriotas.
Por más que estemos obligados a escribir cien veces que “¡la política es fea, sucia, mala, caca!”; o tengamos que volver a la escuela, acompañados de nuestros padres, tutores o encargados.

Buenos Aires, 3 de junio de 2010