miércoles, 20 de abril de 2011

"LA PAJA EN EL OJO AJENO"


“Te esperé como un soldado,
como un auto abandonado;
te esperé hasta que la noche
se destiñó.

Los vaguitos de la cuadra me tomaron por un cana
y cuando pasó la cana me tomó por taxi-boy.

Me clavé pero queriendo
el aguijón de la rosa,
me acurruqué junto al tallo
de mi farol.
Cuando amagó la mañana
fumé el cuarto cigarrillo,
lo pisé como con rabia
cuando se apagó el farol”.

Acho Estol; “Una rosa y un farol”


En la edición del viernes 15 de abril, de “el gran diario de autoayuda”, el periodista Miguel Wiñazki, firmó una interesante nota titulada “El ‘periodismo militante´, bajo la lupa crítica de los académicos”.
En ella, se refirió a un estudio realizado por profesores y alumnos de la carrera de Comunicación, de la Universidad de Texas, en el que se analizó la relación entre las audiencias y los medios “militantes” o “partisanos”, como los llaman en Estados Unidos.
Como bien dice Wiñazki; “Las conclusiones a las que llegaron son interesantes para traspolar y pensar en el caso argentino: ‘La gente percibe a la información que respalda su punto de vista como más creíble que la información que los contradice´”.
Por supuesto; tratándose del “Gran Diario de Autoayuda”, la referencia de la nota y del estudio estuvo direccionada, exclusivamente, hacia los medios y periodistas cuyas posturas no colisionan con las del actual gobierno nacional.
Pero, finalmente, señala “El ‘periodismo militante’ es autoeticista. Se autodesigna como portador excluyente del bien. Funda un club autoritario e instaura de hecho una suerte de ‘paleopolítica’, como diría el pensador Peter Sloterdijk. Una instancia previa a la política, antigua, que aprecia más la confrontación que la construcción conjunta”.
Si tomamos esta definición de Wiñazki, podemos decir que “el Gran Diario de Autoayuda”, también practica un “periodismo militante”; pero de signo contrario al gobierno.
Pero “periodismo militante” al fin.
Como ante las trompadas de Luis D´Elía y de Graciela Camaño, o ante los cortes de rutas o de calles, todo depende “del cristal con que se mire”.
Por lo tanto, el problema no es “periodismo militante” versus “Periodismo (de) Independiente (de Avellaneda)”; sino “para quién” o “contra quién” se milita.
Pero, continuemos con la nota de Wiñazki y el informe: “a mayor fanatismo e intolerancia expuesta por un medio, es mayor el fanatismo y la intolerancia asumida por sus televidentes, radioescuchas o lectores”.
¿Se referirá a “6-7-8”?
¿Y por casa cómo andamos?
Claro que, en el caso del diario de autoayuda, el fanatismo y la intolerancia expuesta, no parece ser asumida por sus lectores.
Al menos cuando responden a encuestas.
Sino, a Aníbal Fernández no le quedaría más remedio que “hacerse monja”.
Días después, la Universidad Abierta Interamericana (“dicen que dicen”, propiedad del “Reverendo Moon”, a quien no se puede acusar de simpatía con los gobiernos “populistas”de la mayoría de los países de Sudamérica) publicó una encuesta muy curiosa, y a la que habría que prestarle atención, si uno tuviera, verdaderamente, “vocación de poder”, y no, apenas, la intención de formar parte de “un club autoritario”, como cita Wiñazki.
El informe, -publicado, solamente, por el sitio www.lapoliticaonline.com –al que no se podría confundir con los llamados “bloggeros K”, se titula “¿Por qué gana Cristina Kirchner”, y comienza con el siguiente interrogante: “¿A que atribuir la inmensa intención de voto que, aun sin haber proclamado su candidatura, registra, a 190 días de la elección Presidencial Cristina Fernandez de Kirchner? Y, fundamentalmente, ¿cómo explicarla cuando los medios de comunicación de mayor audiencia y de mayor distribución critican sistemáticamente su gestión, su estilo de gobierno y hasta su persona?”
Según el muestreo de 2818 casos de la población adulta de todo el país, la actual presidenta estaría cerca de alcanzar el 40% de los votos, mientras que su inmediato competidor, Mauricio Macri, obtendría, apenas, un 9,7%.
En caso de darse un escenario de “ballotage”, Cristina Fernández de Kirchner ascendería al 49,33%, mientras que el Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires treparía al 34,7%.
Pero, lo más curioso del informe de la UAI, son las respuestas obtenidas ante las consultas subsiguientes.
“Así, cuando se pregunta si “¿alguna medida de gobierno de CK lo ha perjudicado a Ud., a un familiar suyo o a un amigo cercano?”, solo el 12.94% responde afirmativamente; y el 84.34% de todos los consultados sostiene lo contrario”.
“En la pregunta complementaria, es decir si alguna medida de la actual gestión lo ha beneficiado, el 39.87% considera que si”.
Pero, si de algo hemos hablado en este blog, fue de la incapacidad de lo que se denomina “la oposición”, y que ya no puede “esconderse debajo de la alfombra”.
El informe de la UAI señala: “El 20.17% considera que “no hay” una figura hegemónica en el arco opositor y otro 24.64% dice no poder identificar una, así entre ambos casi la mitad de todos los electores nacionales no encuentran una figura de liderazgo opositor. Ausencia de liderazgo implica también ausencia de propuesta; es decir la oposición no ofrece un modelo de país que encuentre consenso en una porción significativa de la sociedad”.
Volviendo a la nota de Wiñazki y al informe de la Universidad de Texas; lo de “a mayor fanatismo e intolerancia expuesta por un medio, es mayor el fanatismo y la intolerancia asumida por sus televidentes, radioescuchas o lectores”, parece quedar puesto en duda, según el informe y la encuesta de UAI.
Buena noticia para “el oficialismo”.
Mala noticia para la denominada “oposición”.
Unos y otros; ¿sabrán tomar nota?
¿A ciento ochenta y seis días?

Buenos Aires, 20 de abril de 2011

domingo, 10 de abril de 2011

“ENTRE EL DECIR Y EL HACER”


“Todos mienten”


Dr. House




Sabemos que decir no es lo mismo que hacer.

“¡Chocolate por la noticia!”, decíamos cuando éramos chicos, “allá lejos y hace tiempo”.

A veces, uno quiere algo; pero “el cuero” no le da, por más ganas que le ponga al asunto.

“Mejor que decir es hacer, y antes que prometer hay que realizar”, repetía Perón, en uno de sus clásicos “afanos” a un tal “Perogrullo”; un ignoto señor que se caracterizaba por firmar todos esos lugares comunes en los que todos caemos.

Pero, eran otros tiempos; más inocentes, si se quiere.

Hoy, parecería que “nuestra clase política” se esmera en hacer o lograr (en “la realidad”) todo lo contrario que dice querer (en televisión, en la radio, en los diarios y en Internet).

Como “Jack; el destripador”; vayamos por partes.

Por un lado; el “Modelo Chubut”, como “el verdadero amor” del tango, “se ahogó en la sopa”.

Y, de paso, lo quemó al “Ricardo Fort” de la política local (el diputado “Alika-alikate).

Felipe hace honor a su apellido, como si Spinetta nunca hubiera escrito aquello de “para saber cómo es la soledad”.

Contradiciendo a Charly García, el “peronismo jurásico” se niega a desaparecer, mientras juega a “El estanciero” con boletas de fantasía, en una interna “de entrecasa”.

Por el otro; inesperadamente, “el Candidato de Techint” se fue “a comprar cigarrillos” y, todavía, no volvió. Justo él, que se había convertido en “el candidato del anti-tabaquismo” (“Para ganar”, rezaban los afiches).

Dice que va a estar “en agosto”; pero ya nadie lo espera.

“La esperanza blanca” blanqueó su “no positiva” candidatura que nunca fue.

Ahora, se conforma con avergonzar a sus correligionarios, a los que no quisieron comprarle “el auto usado”, con el estigma de los mandatos inconclusos.

“Un tipo sin códigos”, le dirían en la esquina.

El resto del “centenario partido”, aplica la sensatez. Por ahora, con el apellido, el gesto, el bigote y los trajes de “la herencia” alcanza para seguir en la carrera.

El Proyecto Sur, el GEN y los socialistas son “las niñas mimadas”. Todos galantean buscando “sus simpatías”; esos “centavos” que, después, en un hipotético “Ballotage”, “les pueden faltar para el peso”.

Mientras tanto, Solanas y Macri dudan. Deshojan la margarita.

La incertidumbre es si poner toda la carne al asador en el torneo local o en “la Libertadores”, o en ambas pujas a la vez.

Ambos saben que no tienen plantel, que “no les da el Piné”, para jugar los domingos y “entre-semana”.

El riesgo es grande. Pueden quedarse “sin el pan y sin la torta”: sin Buenos Aires; “la reina del Plata”.

Dadas como están tiradas las cartas, pareciera que nadie quiere alcanzar lo que dice aspirar.

Por algo el “periodismo (de) Independiente (de Avellaneda)” no publica las encuestas que encarga a “diestra y siniestra”.

Por algo, los medios de Spolsky los ponen en tapa, todos los domingos.

Mientras, el “Gran diario de autoayuda” le copia el estilo (“Goebbeliano”, según un “exiliado en Boston”) al programa “6-7-8”, para sacar al sol unos trapitos sucios ajenos, y seguir ocultando los propios.

Hubiera estado bueno que, en lugar de copiar al “programa oficialista”, “Telenoche” hubiera exhibido toda la cámara oculta.

Aunque, en televisión, sabemos, “el tiempo es tirano”.

Pero en la web sí se podría haber subido todo el documento, para evitar suspicacias, y demostrar cuál es “la verdá de la milanesa”, sin recurrir a los énfasis y las sobreactuaciones de la “locución en off” de Edgardo Alfano, y a las repeticiones, tan propias de los programas de Gvirtz.

Al final, pareciera que uno termina haciendo lo mismo que critica en los otros.

“Señalar la astilla en el ojo ajeno, sin ver la viga en el propio”, que le dicen.

Pero, no fue ese el caso del legislador Christian Ritondo cuando, el viernes pasado, citó un proyecto que la actual Ministra de Seguridad presentó, en 2002, cuando era diputada, para traspasar la Policía Federal a la incumbencia de la Ciudad de Buenos Aires.

Tiene razón el legislador Ritondo. La entonces diputada Garré presentó un proyecto en el Congreso para modificar la Ley 24.588, más conocida como “Ley Cafiero”, que limita la autonomía de la Capital Federal, entre ellas; las facultades de la Policía Federal.

Eso mismo es lo que tendrían que hacer Gabriela Michetti o Federico Pinedo, o cualquier otro Diputado Nacional del PRO, o de cualquier otro espacio, si quisieran, realmente, que la Policía Federal sea traspasada a la Ciudad de Buenos Aires, como dicen.

Porque las leyes se proponen, se debaten y se sancionan, efectivamente, en el Congreso Nacional. No por televisión.

A menos que confundamos a la “Ley Cafiero” con lo que dice el personaje del “boletero”, en “Pájaros volando”, la última película de Diego Capusotto.


Buenos Aires, 10 de abril de 2011

martes, 5 de abril de 2011

"LA DEMOCRACIA PAVOTA"

“Nunca sería socio de un club donde aceptaran a un tipo como yo”

Groucho Marx, “Groucho y yo, memorias”, Ediciones Tusquets, Madrid, 1990









El Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se tomó su tiempo para tomar la decisión de cuándo sería la fecha para elegir a su sucesor, y demás cargos previstos en la Constitución de la Ciudad.
A estas alturas, es un chiste tonto asociar la fecha elegida con el inicio de las vacaciones de invierno. Sabido es que el hombre se toma vacaciones en la “temporada baja” del calendario turístico de ambos hemisferios del planeta.
Claro que el Ingeniero Mauricio Macri no se tomó el trabajo de disipar otros misterios que alimentan otras decisiones que lo incumben, como si se presentará como candidato a Presidente, o a la reelección como Jefe de Gobierno, o a ambas alternativas, en su debido momento.
También integran el menú de las decisiones demoradas la designación de su candidato a sucederlo; si Gabriela Michetti u Horacio Rodríguez Larreta; o si el diputado Federico Pinedo o el rabino Sergio Bergman, serán su acompañante de fórmula, en un caso o en el otro, o no.
Es de suponer que su espacio político sabrá resolver estos “intríngulis”, como decía “Hijitus”; y allá ellos.
Lo curioso fue la justificación dada acerca de la decisión tomada: “es el peor momento de la Democracia, desde 1983 hasta la fecha”, dijo, muy suelto de cuerpo.
Resulta paradójico que quien fue electo Diputado, en 2005, como Jefe de Gobierno de la Ciudad, en 2007, y que aspira a ser Presidente de la Nación en 2011 (¿o en 2015?) se acepte integrante activo del “peor momento de la Democracia”.
“A confesión de partes, relevo de pruebas”, saben decir los leguleyos.
De ahí que, esta nota, merezca como epígrafe la famosa paradoja de Groucho Marx.
Pero, lo más grave de todo es la “banalización” con la que, últimamente, diversos personajes “famosos” y/o “populares” tratan temas que deberían ser abordados con un mínimo de respeto, para no exigirles algún rigor histórico elemental.
Desde 1983 a la fecha, la Democracia argentina ha pasado y ha sabido superar diversos “sacudones”.
A saber:
• El intento de sublevación militar de Semana Santa, en abril de 1987;
• El intento de sublevación militar de Monte Caseros, en enero de 1988;
• El intento de sublevación militar de Villa Martelli, en diciembre de 1988;
• El intento de toma del Regimiento de Infantería de La Tablada, por parte del Movimiento “Todos por la Patria”, en enero de 1989;
• Los saqueos y el proceso “hiperinflacionario” de mayo y junio de 1989;
• La entrega anticipada del poder a Carlos Menem, por parte de Raúl Alfonsín, en julio de 1989;
• El intento de sublevación militar de Seineldín, en diciembre de 1990;
• La voladura de la Embajada de Israel, en marzo de 1992;
• La voladura de la AMIA, en julio de 1994;
• El asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas, en enero de 1997;
• La renuncia del Vicepresidente Carlos “Chacho” Álvarez, en septiembre de 2000.
• Los hechos del 19 y 20 de diciembre de 2001;
• Los asesinatos de Maximiliano Kostecki y Darío Santillán, en el Puente Pueyrredón, en junio de 2002.
Podrían agregarse otros, como “la tragedia de República Cromagnón”, o la desaparición del testigo Julio Jorge López.
Lo que no puede decirse, -por más que se insista o se sobreactúe-, es que hoy estemos viviendo una situación similar o parecida a las antedichas.
Hacerlo significa “banalizar” la tensión y la preocupación sufridas durante los momentos mencionados; como así también hacerlo con el dolor y los esfuerzos realizados por superarlos.
Y “banalizar” no quiere decir otra cosa que “tomar para la pavada” algo importante.
Si un representante dos veces electo, que aspira a una tercera elección, afirma que “éste es el peor momento de la Democracia argentina, desde 1983”, nos está “tomando para la pavada”, por no decir “para el churrete”, como se decía antes.
Como lo paradógico de alguien muy popular que dice “Esto es una dictadura", en un canal de televisión por aire.
Afortunadamente, después de veintisiete años de Democracia, es de suponer que la gran mayoría de los argentinos “no tenemos problemas en ser socios de un club que acepte a un tipo como Mauricio Macri”.
Y no estamos hablando de Boca Juniors.

Buenos Aires, 4 de abril de 2011