domingo, 16 de octubre de 2011

BANCOS, GUERRAS, IDIOTECES Y PIÑAS


Ninguno de los habitantes de este planeta estamos a salvo de los infortunios, por mucho plan de OSDE que tengamos.

Que lo digan, -sino-, las víctimas de catástrofes naturales o de atentados terroristas.

O quienes protagonizan un accidente, por imprudencia propia o ajena; o quienes tienen una enfermedad producto de sus malas costumbres.

Lo mismo le cabe a otros seres de otras especies.

Digamos, entonces, que nadie tiene “la vaca atada”.

Pero sólo existe una entidad, en el planeta, que no puede sufrir ningún infortunio; aunque pueden provocarlos: los bancos.

Son los únicos a los que no les cabe las generales de la ley.

Si una persona no es prudente, corre riesgos.

En cambio; si un banco no lo es, todos tenemos el deber económico de socorrerlo.

Para eso se reunieron Ángela Merkel y Nicolás Sarkozy. Para anunciar un plan de ayuda a entidades financieras europeas, que no son “entidades de beneficencia”, precisamente.

“Plan de ayuda” que consistirá, -“palabras más, palabras menos”; “números más, números menos”-, en la transferencia de fondos de los Estados hacia los bancos, o del otorgamiento de beneficios, de aquellos a éstos.

Para poner las cosas en su lugar, aclaremos que un Estado son todos los individuos que lo integran, quienes, -“modelo más”, “modelo menos”-, aportan a “un bien común”.

En cambio; las “entidades financieras” (tal como su nombre lo indica) aspiran a una rentabilidad.

Es decir que “el bien común” se ha puesto al servicio de quienes tienen como objetivo y razón de ser su propia rentabilidad.

Y así nos va (o les va), por muy “Norte”, o “Primer Mundo” que sean Francia y Alemania.

Por suerte, nos anunciaron que un viejo mito se ha derrumbado.

El huevo no sube el colesterol y es saludable; aporta proteínas, minerales y vitaminas; y se pueden comer hasta tres unidades por semana.

Claro que eso no nos pone a salvo de los planes de Irán de asesinar al embajador saudita en Washington, y de atentar contra la embajada de ese país en Buenos Aires.

Como tampoco de la imprudencia de Tabaré Vázquez, defendiendo su hipótesis de ir a la guerra por el diferendo con la empresa Botnia.

Si “París bien vale una misa”; ¿vale Botnia una guerra entre Uruguay y Argentina?

Si la realidad supera a la ficción; Tabaré Vázquez no ha hecho otra cosa que ratificarlo.

En 2006, en pleno fragor de la disputa entre Argentina y Uruguay por la instalación de la planta de celulosa Bornia, Santiago Varela publicó una cómica novela, titulada “La Guerrita”, en la que hablaba sobre una “guerra idiota”.

Llama la atención la persistencia en la idiotez, por más que se trate del primer presidente progresista del Uruguay.

Y hablando de idioteces; un candidato a presidente dijo que “lo siguen más mujeres que hombres… y que es porque de grande se puso más pintón”.

¿Qué tendría que decir Justin Bieber, entonces, que ni siquiera es “grande”, y hace delirar a las nietas de las seguidoras del candidato en cuestión?

El candidato hace recordar a un colega suyo.

El que sobrevive gracias a su táctica de “hacerse el boludo”.

Corría el año 2003 o 2004, en la provincia que gobernaba se produjo un resonado secuestro extorsivo y “el especialista en hacerse el boludo” no tuvo mejor idea que salir en la revista “Noticias”, declarando que “con las cincuentonas le iba bien”.

Claro que si uno persiste en “hacerse el boludo” con Cafiero, con Menem, con Duhalde, con Ruckauf, con Kirchner, con Macri y De Narváez, y otra vez con el kirchnerismo, termina siendo contraproducente.

Se nota demasiado.

Y ya con “hacerse el boludo” no alcanza.

Y no alcanza porque siempre alguien rompe el silencio, como el minero chileno que reveló que pensaron en comerse al compañero que muriera primero.

Igualitos que muchos candidatos que tenemos a diversos cargos, por nuestros pagos.

Siempre prestos para diagnosticar “la lepra en el que pierde” o “socorrer al ganador”.

Pero, la antropofagia no siempre garantiza la supervivencia. Ni siquiera la del más apto.

De allí que la insistencia de la presencia opositora en el Congreso, no sea más que una expresión de lo dicho por el minero. Los candidatos a diputado, intendente y concejales se están masticando a “los presidenciables”.

La política local se está pareciendo mucho a la mina chilena.

Claro que llama la atención que los opositores sean, hoy, mayoría en el Congreso, y sólo puedan blandir como éxito la no aprobación del Presupuesto 2011.

A falta de una Graciela Caamaño, el cachetazo de esta semana fue el de su tocaya Alfano contra Aníbal Pachano.

No es cuestión de defender a la supuesta amante de Massera; pero Rial y Ventura distan mucho de ser unos fervorosos defensores de los Derechos Humanos.

Lo único que falta que se empiecen a juntar firmas para candidatearlos al Premio Nobel de la Paz.

Si Obama lo obtuvo, en 2009, manteniendo su invasión a Afganistán; ¿por qué no ellos?

Buenos Aires, 15 de octubre de 2011

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