viernes, 17 de abril de 2009

"LA ZARANDA"

“Mi amor se te parece
te pide varias veces
lo que te ofrece.
Tu amor que cuando crece
siente que lo merece
también pide milagros, mares y peces”.

Alfredo Zitarrosa, “Amor en entredicho”



Si es cierto que el “post-Kirchnerismo” está “a la vuelta de la esquina”, como decían que lo estaban “la revolución y el socialismo”, en la década del setenta; estos días de “poroteo” no pueden ser “de bajas calorías”, como se pretende creer, o hacer creer.
No porque el kirchnerismo goce de buena salud y no sufra los desgastes naturales y “sobrenaturales” de una gestión cualitativamente larga. Sino porque la selección de los relevos se está haciendo cuesta arriba, fruto de chapuceos oportunistas, que no tienen nada que envidiarle a las “candidaturas testimoniales”.
Empezando porque no hay “figuras” para todos los gustos, y los partidos ya no proveen de cuadros que “lleven el bastón de mariscal en la mochila”, como decía Perón; o de “curitas en cada parroquia”, como decía Alfonsín. Los miembros de la farándula y el deporte se han encerrado en sus propios mundillos de códigos, traiciones, vanidades, aprietes y chismes, y no están dispuestos a salir de allí para cubrir los papeles que los dirigentes políticos “no pueden, no saben o no quieren” cumplir.
Basta recordar las épocas de Moria Casán, Zulma Faiad, y Borocotó como “Mascarones de proa” de vaya uno a saber qué tripulaciones.
Es que, por un lado, a pesar de todo lo ocurrido en este año y medio, octubre de 2007 fue la semana pasada; y los que entonces estaban en el candelero nunca se bajaron para ocupar del todo el lugar para el que se hicieron elegir. Siguieron actuando como candidatos a futuros cargos. En lugar de tomar las responsabilidades, aumentaron sus aspiraciones.
Vaya como ejemplo el de un titular de un Poder Ejecutivo distrital quien salió a denunciar a los cuatro vientos que los índices de inflación oficiales no eran reales, y terminó enfrentando una seguidilla de huelgas de agentes de su administración, quienes le exigían una recomposición salarial acorde a los índices de inflación que él decía que eran los reales.
Así como, entre 2005 y 2007, este señor no sabía para qué se había hecho elegir diputado, y continuaba actuando como aspirante al cargo para el que luego sería elegido; desde diciembre de 2007, actúa como candidato a presidente, en lugar de gestionar desde el lugar para el que fue elegido por “la gente”.
Sabido es que Fernando De La Rúa hizo algo parecido cuando fue electo Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en 1996, para poder ser candidato a presidente tres años después; pero dejó “su gestión” en manos de su Vice, Enrique Olivera, quien recién varios años después aspiraría a una candidatura.
También es cierto que, en 1996, nadie tenía “la vaca atada” sobre lo que podría ocurrir en 1999, posibilidad de re-reelección de Menem mediante.
Pero, en el caso de este señor que utilizamos como ejemplo, su Vice(quien se ha tomado sus funciones constitucionales de acuerdo a su “savoir fair”) no tiene más remedio que ser candidata “a algo”, ya que no hay quien “se cargue el equipo al hombro”.
Por lo tanto; si el titular del Poder Ejecutivo distrital actúa como posible candidato a presidente, en 2011, y su Vice está obligada a ser candidata “a lo que sea”, este año; la gestión quedará en manos de quien “la gente” no eligió.
Así de respetuosa parece ser la tan mentada“nueva política”.
Por otro lado; los egos y vanidades de los personalismos que caracterizan a la política argentina de los últimos años, no permiten que “los pibes jueguen en primera”. Por lo tanto, cuando hay que armar el equipo se tiene al goleador; pero faltan el enganche, el carrilero y el doble cinco, y encima nadie quiere ir al arco, ni siquiera “el gordito de la cuadra”. Como no hay “cantera”, hay que salir a “comprar jugadores”; por lo que el orden de las candidaturas las define “el dueño de la pelota”; es decir; el que tiene “la teca”, “la biyuya”, “los morlacos”, “la tarasca”, “la tela”, “la moneda”, “el billete”, “las rupias”, “el dulce”; y entonces, no hay capacidades ni trayectorias que valgan.
A eso se le suma que el segundo lugar tenía que estar reservado al “capo de la hinchada”, al que podría mover “el aparato”, el que podría poner “la gente”, la mística y la logística para los actos, los fiscales y todo eso que hasta hace poco se lo llamaba “clientelismo” y ahora resulta ser tan imprescindible.
Por lo tanto, el tercer lugar quedó reservado para “el que se fue a Sevilla y perdió la silla”. Por eso lo primerearon entre “el dueño del club” y “el capo de la hinchada”, y el asiento se lo robó Claudia Rucci, apadrinada por el “Momo” Venegas, el dirigente sindical de los trabajadores rurales, los peores pagos del país y declarado como “desaparecido” durante el conflicto entre el gobierno y “el campo”(¿No era que Duhalde no tenía nada que ver con esta alianza?).
Es que es comprensible. No se puede estar en “la trinchera”, en la gestión, en “el día a día”, y también “cuidar los porotos”. No se puede estar en la misa y en la procesión.
Finalmente, parece que lo comprendieron. “El dueño de la pelota” y “el presunto capo de la hinchada” tienen todo el día para “rosquear”, armar y desarmar, y no tienen que lidiar con pavimentos, docentes, médicos, trabajadores municipales, calles que cambian de mano, villas miserias que crecen, impuestos que se triplican y el dengue que “nos importan” desde el resto de las provincias.
Por eso, tiraron a “La Rucci” por la misma ventana por donde la habían metido, “el capo de la hinchada” tiró un par de cadenazos “al boleo”, y se pusieron a esperar a “el que se fue a Sevilla”, que no apareció.
Pero, parece que la lujosa Unidad Básica del barrio “Las cañitas” “se reserva el derecho de admisión y permanencia”. Es como esos casamientos “paquetes”, donde unos son invitados a la cena, y otros, sólo al brindis, al lanzamiento del ramo y al carnaval carioca. Por eso el emisario no pudo bailar el vals y “se lo fumaron en pipa”. Machista como es la política argentina, le ordenaron “la mina que va en el tercer puesto la ponen ustedes”; y en lugar del humo blanco del “Habemus Papa”, una humareda parecida a la de la quema de pastizales del año pasado cubrió el boulevard de la calle Chenoud.
Es que “la tercera pata” de esta “Triple Alianza” no tiene una “rubia Mireya” que sea imbatible en la Provincia, ni posee “el charme” de un “toalla mojada”; por lo que tendrá que “transferir” una porteña al otro lado de la General Paz, como si estuviera jugando a “El gran DT”, y “pagando como un chavón”, como “Garufa”, el personaje del tango.
Mientras, los otros dos lo esperan, mordiéndose los labios, hasta que esté bien cerquita la fecha y la hora del cierre de las listas, y hacerle la pregunta del millón: “¡Y vos! ¿¡Qué tenés para poner!?”
Tal vez, haya una sorpresa de último momento; o haya que conformarse “con lo que hay”. “El Dios dinero” o “el Arcángel Aparato” dirán.
Por supuesto, de ideas, de proyectos, de propuestas; ni hablar.
En fin; cosas que, cuando había partidos políticos “en serio”, no pasaban.
Mientras tanto, los medios de comunicación de la sociedad decente, bienpensante y apolítica ponen el grito en el cielo cuando la CGT pide espacios en las listas de diputados del PJ; pero se tranquiliza cuando los empresarios agropecuarios “rosquean” sus lugares con el mejor postor opositor, sin importarle la ideología, la doctrina y la historia, si es que las tienen. Como cuando se alarman ante un reclamo gremial, pero se hacen eco de los contenidos de cualquier demanda empresarial.
Más allá de estos “dimes y diretes” y estas idas y vueltas, el problema es que en todos estos vericuetos, están en juego varias cosas muy serias. La confianza de la ciudadanía, en primer lugar, a la que ni siquiera desde el marketing electoral y/o informativo se la está tratando como se debiera, desde todos los bandos en pugna. Luego; más allá de “las sociedades del espanto”; está en juego el futuro del país, si es que lo que vaticinan con tanta confianza sucede.
Veremos lo que queda.
El tema es que el “post-kirchnerismo” está ahí nomás, según dicen, y quienes pretenden ponerse los pantalones largos, todavía les quedan grandes.
Al final de cuentas, parece que no pudieran dejar de repetir “¡Contra los Kirchner estamos mejor!”.
Y eso no es una buena noticia para “la gente”.

Buenos Aires, 16 de abril de 2009

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