viernes, 23 de abril de 2010

"EL MIEDO NO ES ZONZO... SE HACE"


“Mary, Peggy, Betty y Julie
rubias de New York.
Cabecitas adoradas
que vierten amor”

Alfredo Le Pera, Carlos Gardel; “Rubias de New York”


No hay duda que Aníbal Fernández “las prefiere rubias”.
Como si con Elisa Carrió y Susana Giménez no fuera suficiente; “éramos pocos y parió Amalia Granata”.
Los quince minutos de fama que no le dieron sus noches con Robbie Williams, o con “el ogro” Fabbiani, se los dio “Aníbal F.” (como le dicen ahora), haciendo como que hablaban de política.
Es que, después de su polémica con Nicole Newmann, el hombre de los bigotes “a lo Nietzsche” se cansó de decir que “a fulana le chifla el moño”, que “Mengano es un ignorante” y que “Zutano es un cachivache”.
Salió a enfrentarse, directamente, con cachivaches e ignorantes “en serio”, y con damas que si no “les chifla el moño”, lo disimulan bastante bien.
Claro que Granata le agregó la frutillita a la torta; dijo “tuve miedo”.
Uno cualquiera le teme a muchas cosas. Vaya, cada cual haciendo su lista.
Pero el miedo de Granata era por “los pechetos” que acompañaban al Jefe de Gabinete.
Y si. No pensaría que Aníbal F. iba a andar por los canales de televisión tan “solito mi alma”.
¿Serán, estos muchachos, los “culatas” del Jefe de Gabinete, menos “delicados” que los que acompañan a Ricardo Fort?
Y si. Una cosa es “críar tubos” en gimnasios “de Santa Fe para allá”, y otra es hacerlo en gimnasios de clubes de barrio, por lo general, ubicados “de Rivadavia para allá”, y hasta detrás del Riachuelo.
En épocas de “dictaduras en serio”, lo primero que un opositor debía vencer era el miedo; y, luego, no le quedaba más remedio que ser muy valiente.
Basta recordar los 18 años de lucha de la denominada “Resistencia Peronista”, o a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
Si Amalia Granata tuvo miedo por decirle lo que le dijo a Aníbal Fernández; ¿qué fue lo que habrán sentido los colimbas de Malvinas, cuando zumbaban los cohetazos?
Ahora, en tiempos de “fábulas de autoayuda”, o en “épocas líquidas”, como diría el filósofo Baumann, se saca “chapa de opositor” diciendo que se tiene miedo.
Es que víctimizarse está de moda.
“Me victimizo y luego existo”, parece ser la premisa de estos días, en los que “el que no se victimiza no existe”.
El problema es que, hoy, se victimiza cualquiera; hasta de lo que uno es responsable.
Por ejemplo; el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que le echa la culpa al gobierno nacional por estar citado a declarar por la causa en la que están procesados el ex Comisario Palacios y Ciro James.
¿Quién los nombró como funcionarios? ¿No fue “su mismo gobierno”?
Por ejemplo; la Senadora Bertolozzi, quien en el Senado repitió las mismas palabras que la modelo Granata: “Tuve miedo”.
¿Habrá sido Bertolozzi electa en la provincia de Formosa con esos mismos métodos que denunciaba, hace dos años atrás, “Telenoche investiga”, en los que se encerraba en corrales y se llevaba “compulsivamente” a votar a miembros de las comunidades Wichi de esa provincia?
Ni María Laura Santillán se debe acordar de eso, hoy, que la Senadora Bertolozzi dice “tener miedo”, como Amalia Granata.
Entonces; ¿qué tendrían que decir aquellos miembros de la comunidad Wichi de Formosa?
Por ejemplo; el “periodismo (de) independiente”, a causa de unos afiches que aparecieron pegados en el centro de Buenos Aires, que lo único que lograron es que el “P(de)I” se victimizara, que es lo que “el gran diario de autoayuda” necesitaba.
Victimizarse, en estos días, es como hacerse “el culto”. Da “chapa”. Da “lustre”.
Pero, también, victimizarse es una formidable manera de eludir responsabilidades.
Es decir; una buena forma de “seguir pasándola bien”, mientras, como le dijo Amalia Granata a “Aníbal F.”; “nunca estuvimos peor”.

Buenos Aires, 23 de abril de 2010

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