martes, 6 de abril de 2010

CONVERSACIONES I (Introducción)















“¿Cuándo se jodió el Perú, Vargüitas?”

Mario Vargas Llosa, “Conversación en la catedral”



Lo “K” y lo “anti K” tiran más que una yunta de bueyes.
Y por dejarnos llevar por esos “pelitos” tan poderosos, no podemos ver “el bosque”.
El bosque de la metáfora; no “el de Venus”. No confundamos.
Bastantes faltas de respeto tenemos con quienes se refieren, tan “cívicamente”, a la Presidenta como “La Yegua”, o a encumbradas dirigentes de la oposición como “la loca”, o “la piba”.
Porque “en tren (bala)” de confundirnos, algunos confunden “gordura con hinchazón”, y otros “leche con caldo de teta”; y, así, hay quienes mezclan los conceptos de la estética, la moral o la gastronomía con la política, y viceversa.
Por eso es tan común escuchar a personas que dicen “fulano no me gusta”, como si estuvieran hablando de un candidato a marido o a yerno, en lugar de estar refiriéndose a un potencial gobernante o legislador.
Que, -mal que nos pese-, en tiempos de Democracia, lo elegimos nosotros, igualito que al marido.
Al yerno no; al menos en estos días.
Antes sí podíamos elegir al yerno. No fuera cosa que nuestra estirpe de blancos inmigrantes europeos y nuestra heráldica se nos fuera al “lejano rincón de los tomates”.
Hoy no. Al yerno lo elije “la nena”, “sangre de nuestra sangre”, por lo que alguna responsabilidad tendremos en esa elección ajena.
Igualito a las épocas en que había Colegio Electoral, en que otros a quienes nosotros elegíamos, elegían por nosotros.
Pero, volviendo a la política (o a la estética, a la moral o a la gastronomía, según se prefiera), en ningún lado se habla de proyectos, trayectorias, pertenencias o ideas.
Es que si habláramos de todo eso de lo que nadie quiere hablar, y definiéramos nuestras preferencias y rechazos en función de estos conceptos, en lugar de hacerlo por los “looks”, los slogans, los tatuajes o “los tonitos”; estaríamos hablando de política “en serio”; y, lo que es mejor(o peor, según se prefiera) estaríamos eligiendo como “adultos”.
Y sería coherente que alguien dijera que es lo que dice ser porque no está de acuerdo en que con los pobres se gaste un peso; y que se reduzca el gasto público, menos en los subsidios a la electricidad, al gas y al combustible.
¿Cómo se habría embotellado la Ruta 2, en la última Semana Santa, si el gasoil no estuviera subsidiado por el Estado (“por todos nosotros”, caramba), igualito que quienes reciben el plan “Argentina Trabaja”?
¿Cómo habríamos podido soportar el último verano, si la electricidad de nuestros aires acondicionados no estuviera subsidiada, como los pobres que reciben la Ayuda Universal por Hijo?
Es que sería “políticamente incorrecto” andar repitiendo lo que el escritor colombiano Fernando Vallejo dijo, en oportunidad de recibir el Premio Rómulo Gallegos, de manos del Presidente venezolano Hugo Chávez Frías: “Yo no soy partidario de darles trabajo a los demás porque después dicen que uno los explota. Y me pongo siempre, por predisposición natural, del lado del patrón y no de los trabajadores. ¡Ay, los trabajadores! Viendo a todas horas fútbol por televisión, sentados en sus traseros estos haraganes”.
El problema es que, hasta no hace mucho, muchos que hoy suscribirían los dichos del autor de “La virgen de los sicarios”, pedían que alguien los explotara o les diera trabajo.
Hoy, están “del lado del patrón”, disfrutando de los LCD (con electricidad subsidiada, igual que “la vida” de quienes reciben 180 pesos por mes), en los que mirarán el próximo Mundial de Fútbol, en Sudáfrica.
Igualito que esos haraganes de los que hablaba Vallejo.
Esta saga continuará.
Pero, antes, recomiendo tomarse el trabajo de leer la nota de Jorge Fernández Díaz, publicada en el matutino La Nación, el sábado 3 de abril de 2010, titulada “Conversaciones con un amigo kirchnerista”.
Si no fuera por la buena pluma de Fernández Díaz, el título de la nota nos haría caer en el fácil “lugar común” de la asociación de “el amigo kirchnerista” como “el amigo judío” que todo nazi-fascista dice respetar y querer, a pesar de sus diferencias.
Así está planteada.
Pero no exageremos, y tratemos de mantenernos al margen de “lo K” y “lo anti K”, que el mundo no comenzó el 25 de mayo de 2003, ni se termina el 10 de diciembre de 2011.
Porque es de personas adultas distinguir qué “tira más que una yunta de bueyes”, y reconocer que uno se ha dejado arrastrar por…
Usted sabe. No me haga meterme con sus debilidades, que todos las tenemos.


Costa Azul, Partido de La Costa, Provincia de Buenos Aires, 4 de abril de 2010

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