lunes, 29 de marzo de 2010

“MANOS DURAS, MALAS PATAS Y LENGUAS … ¿A LA VINAGRETA?”















“Dice que las noticias son todas mentiras y que la razón por la que son tan populares es porque se venden a sí mismas como verdad única, y la gente se las cree porque prefieren creer en una mentira. La verdad les resulta demasiado difícil de tragar”.

Sam Shepard, “Un trozo del muro de Berlín”.


“El mundo es ancho y ajeno”

Ciro Alegría



La “Policía Metropolitana” de Baradero aplicó la reclamada “mano dura”, murieron dos jóvenes y se vino “el estallido”.
“¡Papita pa´l loro!”, después de un domingo en el que “el clásico de los clásicos”, Boca-River, se suspendió a los diez minutos, por culpa de la lluvia, dejando sin titulares al “periodismo (de) Independiente”, al “de Racing”, al “de Estudiantes de La Plata”, y al “de Deportivo Cambaceres”.
Le decimos “Policía Metropolitana” a los agentes de la Dirección de Tránsito de Baradero, porque eso mismo es la “Policía Metropolitana” porteña.
Simples “zorros grises”; pero con todo el marketing de “la inseguridad” a cuestas; incluso el procesamiento de algunos de sus jefes por “co-hecho”.
Incluido el reclamo de cambio en el Himno Nacional de la palabra “Libertad”, por “Seguridad”, declamado por el Rabino Bergman.
Menos mal que las policías de tránsito del resto de los municipios del país no andan armados con pistolas Tasser.
Si, desarmados, los “zorros grises” de Baradero provocaron semejante tragedia, porque dos chicos iban en moto sin casco; qué podrían haber causado con una de esas armas en sus manos.
Lástima que el Gobernador Scioli manoteó un manual de “las épocas de Lombrosso”, y le echó la culpa a “infiltrados”.
En armonía con el pedido del ex Presidente Duhalde de “un Punto Final 2”, justo a días de conmemorarse el fallecimiento de su ¿colega? Raúl Alfonsín.
“¡Qué oportunidad para callarte la boca!”, se sabía decir en mi barrio.
“¡A veces, por mucha cabeza que tengas, no podés evitar meter la pata!”, sabía decirme mi madre.
“Metidas de pata” que se cometen, por decir cualquier cosa, en el momento en que hay que “salir a decir algo”, cuando no se tiene nada que decir.
Parecido a cuando la Presidenta, hace unas semanas, dijo que había jueces que “cobraban por sus fallos”.
Y metió la pata porque una cosa es escuchar eso mismo en el “Café Martínez” de la esquina de Montevideo y Tucumán, o en el bar de Uruguay y Viamonte, o en cualquiera de la zona de Tribunales; y otra, muy distinta es que la Presidenta lo diga, en la Casa Rosada, muy suelta de cuerpo, “de botox, de carteras Louis Vuitton y de extensiones”, sin dar nombres ni pruebas.
“Fea la actitud”, diría Mario Wainfeld.
Claro que si nos detenemos en el fallo de la Cámara de Casación Penal, en el caso de los hermanos Noble-Herrera; uno se pregunta si esos jueces “cobraron” por el fallo, o si con éste “pagaron por protección”, pasada o futura.
“Es que a nadie le gustaría correr la misma suerte del ex Juez Penal de San Isidro, Roberto Markievich; ¿no?”, -se podría escuchar, en uno de esos bares mencionados anteriormente-, “quien fue destituido del cargo por haber procesado a Hernestina Herrera de Noble”.
Ni qué hablar de la Jueza Sarmiento, quien “no sabía” que a su anciano padre, un ex Coronel de Inteligencia del Ejército, lo llamaban “el mago de la picana”; y que tenía varias causas, iniciadas entre 2005 y 2007, justamente por aplicar “sus trucos de magia”; los que, judicialmente, se les llama “tormentos”.
Ni qué hablar de ese Juez de la Provincia de Misiones (donde, “casualmente”, cumplía sus funciones el Coronel de Inteligencia, padre de la Jueza Sarmiento), que le inventó una causa a un miembro de “Memoria Activa”, para que el actual detenido y procesado por encubrimiento del atentado a la AMIA, Comisario Jorge “el fino” Palacios, frustrado Jefe de la Policía Metropolitana, pudiera realizarle las escuchas telefónicas que se le cantaran a quien lo venía denunciando por el delito por el que terminó procesado.
Digamos que, si nos detenemos en estos antecedentes tan públicos, a la Presidenta “no se le fue tanto la mano”, por más que haya “metido la pata”.
“La única verdad es la realidad”, decía un ex Presidente.
Como vemos, “todo tiene que ver con todo”, por muy “enamorados” que estemos con “el pepe”, por repetir aquella desafortunada frase del General Lonardi; “ni vencedores ni vencidos”, al asumir como Presidente “de facto” de la Revolución Libertadora, a la que, hoy, conociendo los hechos posteriores, podemos denominar “Revolución Fusiladora”.
Pero, si, en estos días, hubo una oportunidad en la que todos teníamos algo qué decir, y habría que haber aprovechado la ocasión para salir a decirlo, fue el pasado miércoles 24 de marzo, el “día de la memoria”.
Una pena que, -como publicó “el gran diario de autoayuda”-, “la plaza” se hubiera dividido en tres: “los ultrakirchneristas”, los Organismos de Derechos Humanos y “los antikirchneristas”.
Hubiera estado bueno que “la plaza” se hubiera dividido en cinco, diez o quince actos.
¿Qué importa, hoy en día, cuánto más o cuánto menos “oficialista” lo fuera cada acto?
Hubiera estado bueno que la Unión Cívica Radical(UCR) hubiera tenido el suyo, y hubiera movilizado a sus militantes y simpatizantes, como en otras épocas de “Felices Pascuas” o de “Indultos”.
Lo mismo el denominado “Peronismo disidente”.
Lo mismo la Coalición Cívica.
Lo mismo el Proyecto Sur.
Lo mismo el PRO.
Lo mismo tantos otros “proyectos de partidos” que hacen su intento de representación en esta Democracia.
Hubiera estado bueno para la República, para la Democracia, para “el bien común” que Gerardo Morales, Ernesto Sanz, Julio Cobos, Elisa Carrió, Mauricio Macri, Francisco De Narváez, Daniel Scioli, Felipe Solá, Carlos Alberto Reutemann, Luis Juez, Luis D´Elía, Raúl Castells y tantos otros que se la pasan visitando mesas de programas de cable hubieran “dicho lo suyo” ese día, y no lo hubieran aprovechado como “un feriado más”.
Hubiera estado bueno para la tan proclamada “libertad de prensa” que “plumas” y “micrófonos” como los de Nelson Castro, Luis Majul, “Pepe” Eliaschev, Alfredo Leuco, Orlando Barone, Víctor Hugo Morales, Jorge Lanata, Sandra Russo, Tomas Abraham, Beatriz Sarlo, Eduardo Van Der Kooy, Horacio Verbitsky, Magdalena Ruiz Guiñazú, Carlos Pagni, Joaquín Morales Solá, Ernesto Temembaum y demás “etcéteras y etcéteras”, hubieran aprovechado “la fecha” para “decir lo suyo”.
Pero no. Cuanto más limitados estamos a “lo K” o “lo anti K”; mejor.
Así es como “un árbol”, “un auto”, “un boucher”, “un contrato”, “un cheque”, “un par de tetas”, “una tarjeta”, “una poronga”, “un auto”, “un culo”, “una cena”, “un pasaje”, “un vale”, “un llamado telefónico”, “un canje” nos “impiden ver el bosque”.
Y cuanto menos lo veamos; mejor.
Ya sabemos para quiénes.

Buenos Aires, 28 de marzo de 2010

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