miércoles, 21 de abril de 2010

"BIBLIOTECAS"


Graciela Melgarejo, la compañera del fallecido escritor Isidoro Blaisten, solía contar que el autor de “Cerrado por melancolía”, cuando veía que alguien se proponía realizar un arreglo doméstico y no preveía los inconvenientes con los que se enfrentaría, acostumbraba a decir: “¿por qué no te afirmás?”.
“Afirmarse”, según Blaisten, implicaba preveer las dificultades posibles, antes de cambiar una lamparita quemada o un cuerito.
Allí, debe radicar el origen de muchos accidentes domésticos.
A todos nos pasa que la realidad no se acomoda a nuestros deseos, gustos o intereses.
Hasta los tipos que más guita tienen en el planeta, como Slim o Gates, deben tener sus pequeñas frustraciones cotidianas; aunque éstas no pasen de una secretaria que responde “el señor dice que no está”.
Para eso existen “los presupuestos” que, a veces, por más “inflados” o “ajustados”, se nos van “a las nubes”, o “de las manos”.
La palabra misma lo dice: pre-supuestos.
Es decir; imaginar, previamente, supuesto hechos que no ocurrieron, pero que podrían ocurrir, para tomar los recaudos necesarios, en caso de que éstos ocurrieran.
Por eso, si uno es legislador o gobernante (o está en ese “limbo institucional” que inventó Julio Cobos, que no es ni una cosa ni la otra), sabrá de antemano o habrá escuchado que, en muchas cuestiones, sobre todo jurídicas, existe “una media biblioteca a favor”, y otra “media biblioteca en contra”.
Entonces, antes de tomar ciertas determinaciones, un “representante del pueblo”, debería tomarse el trabajo de revisar sobre cuál “media biblioteca” va a apoyar sus asentaderas, y “echarle una miradita” a la otra “media biblioteca”.
Aunque sea, para saber contra qué tomos, capítulos, artículos o incisos se las tendrá que ver; nada menos que con “sus fundillos”.
Y no, como hizo, la semana pasada, el Senado, que, primero, dio media sanción a la Coparticipación de la Ley del Cheque y, después, salió a buscar la “media biblioteca” en la que sentarse o cubrirse, justamente, cuando la otra “media biblioteca” se les venía encima.
Digamos que, primero, aprobaron una “carta a Los Reyes Magos” y, luego, se pusieron a revisar “los textos bíblicos”, recién cuando, desde “la vereda de enfrente”, les advirtieron que “los Reyes son los padres”.
Es que una cosa es legislar con apego a la Constitución, a los códigos y a los reglamentos, y otra es hacerlo con miedo a lo que digan los diarios “el día después”.
Menos mal que una cosa es la legislación y otra es la medicina”.
Una cosa es la salud; y otra son los consejos que el doctor Cormillott da todas las mañanas.
La seriedad no es solo poner cara de enojado.
O “crispado”, para estar más a la moda.


Buenos Aires, 21 de abril de 2010

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio