martes, 23 de diciembre de 2008

“SOBRE PELOTUDOS, VIVILLOS Y ALCAHUETES”

“Poderoso caballero
es dondondondondindon
es Don Dinero”

Francisco de Quevedo, “Poderoso caballero es Don Dinero”



Hay gente que es una bendición que esté donde está. Menos mal que la providencia, el parto con dolor o la caída de los precios de los commodities ha hecho que no llegaran más lejos.
Cuando ciertos personajes terminan con sus peroratas morales, si uno no fuera tan pelotudo, tendría que agarrar el primer avión y mandarse mudar a cualquier lado. Porque hay que ser un pelotudo para quedarse a vivir en el país que describen ciertas lenguas y ciertas plumas, que hacen un recorte de la realidad, y pretenden hacer creer que la Argentina toda son sus obsesiones y el titular de un diario.
Por suerte, creo, no somos tan pelotudos, y ellos están donde están y no del otro lado del mostrador. ¿Se imagina si lo estuvieran, con semejante crisis mundial?
Es que una cosa es ser opositor y ser crítico del oficialismo de turno, y otra es hinchar en contra de todos nosotros, de sus intereses, de uno mismo y hasta de sus seres queridos. Porque; ¿a quién va a afectar el tsunami que se anuncia y se sabe que se viene? ¿A la UIA? ¿A ADEBA? ¿A la mesa de enlace? ¿Al diario de Lanata? ¿Al de Fontevecchia?
Hay que ser miserable para alegrarse de la posible desgracia de todos, con tal de rapiñar unos votos para una banca, un subsidio o una pauta de publicidad. ¿No?
Qué se le va a hacer. Ser catastrófico, hoy da chapa de inteligente. Más en un año electoral.
Por eso, así como en “los setenta”, jugar al TEG daba chapa de inteligente; hoy, el pasatiempo predilecto de los “decentes, bienpensantes y apolíticos” es jugar al “mapa de la inseguridad” por internet. “¡Mirá cómo tiemblo!” parecen decir los cacos. Claro que, así como nadie ganó ni una escaramuza jugando al TEG, es muy probable que nadie atrape a un chorro por internet. Sencillamente, porque los chorros no andan con una notebook, sentados en un bar con wi-fi, viendo en el “google-hearth” a quién le toca perder hoy. Ni tampoco la policía.
Eso si; es una medida imaginativa. Pero, para la masturbación, además de una mano(¿dura?), lo primero que hace falta es imaginación.
Lo que uno nunca se hubiera imaginado es que “meter la mula” en las votaciones de la legislatura porteña “es PRO“.
Claro que la piolada no es para tanto, porque parece que no atenta a la seguridad jurídica, ni a la institucionalidad, ni a la confianza de los inversores como la rectora del colegio Mariano Acosta, festejando el fin del ciclo lectivo con los alumnos de quinto año. Mientras, Gabriela Miccheti, la Presidente de la Legislatura porteña, desaparece de los lugares que solía frecuentar y hace “mutis por el foro”; o dice que no fue electa para “tocar la campanita en la Legislatura“. ¿Y para qué se elige un Vicejefe de Gobierno municipal?
Otro “Cleto”.
No sea cosa que ese acto propio de empleados municipales, vagos, desleales y ñoquis salpique la segura candidatura a diputada nacional de la Vicejefa de Gobierno.
“Raquelita se bandeó a la política”, -salió a decir el Jefe de Gobierno, en alusión a la festiva rectora.
Se ve que quiso ser gracioso, y él está convencido que lo es. Lástima que su humorada se parece demasiado a “las urnas están bien guardadas”, de Galtieri, o a “el desaparecido no está, es un ente, no existe”, de Videla.
Pero, además, ¿Mauricio Macri es Jefe de Gobierno de la ciudad porque “se bandeó a la política”, o porque se ganó el cargo en un sorteo, en una kermese o en una chapita de gaseosa?
“Alcahueteá, alcahueteá y alcahueteá; y nada quedará“, parece ser la consigna.
Pero, la pregunta del millón es si a Mauricio Macri y a los miembros de su gabinete no les tiraron huevos y harina cuando obtuvieron sus títulos de grado. De no ser así, los muchachos del tablón les dirían “amargos”, o “pechos fríos”.
Y hablando de amargos y pechos fríos, éramos pocos y volvió Cavallo. Justo para el aniversario de la caída de su último gobierno, como si no recordáramos que venimos de allí, como si el 2001 y el 2002 hubieran ocurrido en otro lado, y tratándonos a todos los argentinos de pelotudos.
No se preocupe. No se haga problema. Usted no es ningún pelotudo. Sucede que andan sueltos demasiados vivillos, pajeros y alcahuetes. Y, para colmo; amargos y pechos fríos.
Usted sabe que “por la plata baila el mono”; y, más “el gorila”.
Feliz Navidad.

Buenos Aires, 23 de diciembre de 2008

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