viernes, 20 de junio de 2008

Y SE VINO EL ZURDAJE, NOMÁS

“Me dijeron que en el reino del revés
nada el pájaro y vuela el pez..”

María Elena Walsh, “El reino del revés”

“¿Qué culpa tiene el tomate
de estar tranquilo en la mata?
¿Qué culpa tiene el tomate
de estar tranquilo en la mata?
Si viene un hijo de puta
Y lo mete en una lata
Y lo manda pa´ Caracas”

Canción popular de la Guerra Civil Española
Y

Yo era chico cuando me decían que los que hacían huelga eran los trabajadores, la mayoría morochos y peronistas, o zurdos resentidos, y que eran capaces de hacerle la vida imposible a cualquier gobierno decente, sea éste democrático o de facto.
Luego crecí, y viví los trece paros que el finado Ubaldini le hizo al gobierno de Raúl Alfonsín. Aunque éste, después, no tuvo que entregar el gobierno anticipadamente, por una huelga por tiempo indeterminado, convocada por la CGT; sino por un “golpe de mercado” que hoy nadie se atreve a desmentir.
Ya estaba crecidito cuando no hubo más huelgas y paros; o, si los hubo, no ocupaban las primeras planas de los diarios, ni parecían embromarle la vida a nadie. Salvo “la carpa blanca”, a la que ningún famoso se privó de ir a sacarse una foto disfrazado de maestro.
Por esa época, en Cutral-Co, en Zapala, y en Jujuy, aparecía una nueva modalidad de lucha y de reclamo de los desocupados: el corte de ruta.
Claro. Un trabajador puede realizar un reclamo mediante una huelga. Pero un desocupado; ¿a quién le va a hacer una huelga? Vive en una huelga involuntaria permanente.
Así nació el corte de ruta o piquete(invento tan argentino como el colectivo, el dulce de leche, la picana eléctrica, la convertibilidad, el corralito, la obediencia debida y el punto final). Pero, como entonces, éstos ocurrían lejos de Buenos Aires y de “los centros urbanos”, apenas ocupaban un lugar marginal o “de relleno” en los grandes medios nacionales e independientes; incluso cuando la represión de uno de ellos le costó la vida a Teresa Rodríguez.
Paralelamente, otro invento argentino hizo su aparición en escena, fruto de las leyes de impunidad y de los indultos presidenciales de Carlos Menem: “los escarches”.
Las violaciones a los derechos humanos no podían ser juzgadas(excepto el robo de bebés), por lo que los descendientes de los desaparecidos producidos por el terrorismo de Estado, conformaron la agrupación H.I.J.O.S., quienes inauguraron la modalidad de realizar un acto público de repudio frente a la vivienda de ex represores y/o torturadores, para que sus vecinos supieran junto a quien convivían.
Tanto los piquetes como los escarches eran rechazados por “las sociedades decentes de los centros urbanos”, las mismas que pasaron de decir “algo habrá hecho” a disculparse con el “yo no sabía nada”.
Luego, mientras la convertibilidad iba dejando de ser una solución a la inflación, y la hipoteca que implicaba su sustento se iba haciendo evidente, los piquetes se fueron acercando a los centros urbanos, y algunos de sus líderes pasaron a integrar los elencos estables de los programas televisivos de Mauro Viale, Mariano Grondona y Luis Majul, como “simples bichos raros marginales” que llamaban la atención, por representar lo que no le ocurría al público ABC1.
Pero, a fines de 2001, hubo algo que trastocó todo: el corralito.
“Las sociedades decentes de los centros urbanos” se sintieron equiparadas a esos “monigotes” que rechazaban y despreciaban, e inventaron el ya clásico “piquete y cacerola, la lucha es una sola”, y así se llevaron puestos a los gobiernos provisionales de Puerta, Rodríguez Saa y Camaño; y los aquietó el “quien depositó dólares recibirá dólares, quien depositó pesos recibirá pesos” de Eduardo Duhalde.
Pero a éste, también se lo llevó puesto una de estas nuevas modalidades. La represión de un piquete en el Puente Pueyrredón causó la muerte de Maximiliano Kostecki y Darío Santillán, y a Duhalde no le quedó más remedio que llamar a elecciones.
Yo hacía rato que me recortaba las canas de la barba cuando “el chirolita de Duhalde” asumió con más pobres e indigentes que votos, la soja se volvía obligatoria hasta en las macetas de los balcones, y “las sociedades decentes” comenzaban a recuperar paulatinamente su nivel de consumo, abandonaban las cacerolas y a la lucha con los piquetes que era una sola, para reclamar represión.
La palabra “piquetero” se equiparó al “negro de mierda” o “cabecita negra” de otras épocas.
Yo ya había cumplido cuarenta años y las cosas estaban claras. Por un lado estaban “los que hacen” y por el otro “los piqueteros”.
Yo ya era bastante más que “un muchachón” cuando los que cortaban las rutas y las calles eran los que se caían del barco, y para los que nunca alcanzaban los salvavidas; y no los que tomaban whisky con el comandante, y le pedían a éste que a los otros los tirara al medio del mar.
Ahora no. Ahora es al revés. Los que dicen “¡esto es a ganar o ganar!”, o “¡esto es a todo o nada!”(versión sojera del guevarista “¡hasta la victoria siempre!”), son los que no quieren convidar, ni un traguito de whisky ni un cachito de salvavidas, y nadie los llama piqueteros.
Yo creo que tenía un par de kilos más que ahora, cuando “el gran cuco” eran las huestes patoteras de los Moyano(padre e hijo), que podían paralizar el país cuando se les cantara.
Ahora no. Ahora son los patrones de las huestes de Moyano, los que paralizan el país, y nadie los llama patoteros.
Yo creo que todavía tenía la muela del juicio(me la saqué hace un mes), cuando la gran amenaza para la economía era la inflación que podían producir los pedidos de aumentos de salarios que se avecinaban ante las inminentes paritarias.
Ahora no. Ahora son los patrones los que nos provocan desabastecimiento e inflación, y nadie los señala.
Yo creo que, hace un año, recién me había comprado el pulóver que tengo puesto, cuando era moneda corriente escuchar que los taxistas estaban con Macri, por las coincidencias entre éstos y el entonces candidato con respecto a cartoneros, piqueteros y demás.
Ahora no. Ahora los taxistas son todos kirchneristas, aunque escuchen a Baby Etchecopar y se mueran por atropellar cartoneros.
Yo hacía más de veinte años que usaba lentes cuando se derogaron las leyes de impunidad, y los escraches dieron paso a los juicios por la verdad.
Ahora no. Ahora los escraches los hacen los que siempre los rechazaron, y no contra personeros del terrorismo de Estado; sino contra representantes y autoridades democráticamente elegidos, hace, apenas, ocho meses.
Desde antes que me salieran los primeros pelos de esta barba que hoy tiene canas, estuve acostumbrado a escuchar y padecer acerca del procedimiento que se utilizaba en muchas empresas, que consistía en pagar los sueldos con atraso.
Ahora no. Ahora, en algunas empresas que tienen sus oficinas en “la city”, se les paga a los empleados el sueldo, quince días antes, para que vayan a comprar dólares.
Y después se dice que lo del golpe es una exageración.
Y para terminar. Yo ya era un hombre hecho y derecho cuando el dólar llegó a cuatro pesos, y muchos respetables “columnistas estrella”(Morales Solá, Laje, Paluch, Silvestre, Escribano y Bonelli) hablaban de que llegaría a diez pesos. Yo compré a cuatro. ¿En vez de hablar tanto de las retenciones, me pueden decir cuándo va a llegar a diez, así vendo lo que hoy vale tres?
Al final, la única que tenía la posta era Mirta Legrand, cuando dijo que se venía el zurdaje. Y se vino nomás. Pero un “zurdaje patronal”.
Hasta la Sociedad Rural Argentina hoy dice “La lucha continúa”.
Y yo, que ya soy un hombre grande, me miro la barba en el espejo y escucho “A desalambrar” de Viglietti; y no sé qué hacer con la barba, ni con el disco. ¿Qué hago? ¿Cambio el pulóver peruano por uno de “La Martina”?

Buenos Aires, 20 de junio de 2008

2 comentarios:

A las 21 de junio de 2008, 0:46 , Blogger Unknown ha dicho...

genial lo que escribiste, voy a recomendar tu blog a mis compañeros/as peronistas y zurdos/as,aunque en realidad con este mundo del revès, no seràn en realidad anti compañeros antiperonistas, antizurdos, y los autènticos revolucionarios son las chicas y muchachos que golpean cacerolas vestidos con ropa del Cardòn. Graciela de Ameghino (pueblo autenticamente revolucionario de este paìs)

 
A las 22 de junio de 2008, 11:47 , Blogger Salva ha dicho...

Querido Juanito: debes dejarte la barba, cada día será más blanca y respetable. Y permite que los zurdos de corazón nos acomodemos en la barra del bar de cabecera para ver el momento en que la olla a presión estalle. Las cosas no son muy diferentes en España e imagino que pronto lo serán en lugares donde no hay tanta conciencia de zurdaje. Tanta pobreza y miseria conviviendo con tanta riqueza insultante. Sigamos adelante, necesitamos la conciencia activa de gente que nos hace reflexionar como tú, o como vos. Un abrazo, Salva

 

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