jueves, 10 de abril de 2008

NADIE ES PERFECTO (Pero “nadie” lo cree)

Sueñan las pulgas con comprarse un perro, y sueñan los nadies con salir de pobres..(...)
Los nadies, (...) que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.

Eduardo Galeano, fragmento de “Los nadies”


En 1969, el cantante y compositor Moris editó su primer disco, titulado “Treinta minutos de vida”. El trabajo, contenía, -además de “El oso”, canción emblemática para la historia del rock nacional-, un tema muy raro para la época llamado “De nada sirve” que, -según cuenta la leyenda-, se grabó en una sola toma y cuya letra fue improvisada en el mismo momento de la grabación.
Allí decía Moris: “Los que hacen música creen que es lo más importante..”Fruto de la improvisación, resulta dudoso que el autor se haya detenido a reflexionar sobre ésta, como sobre otras líneas que tiene la canción, a lo largo de más de siete minutos.
Lo cierto es que dicha frase, bien podría aplicarse a otras actividades y/o posiciones sociales. Por ejemplo: “los hombres del campo, creen que sin ellos no hay país”. O “los economistas creen que los números son los únicos que cantan”. O los miembros del Ejército, que dicen que “nacieron antes que la nación”. O algunos psicoanalistas que nos inducen a pensar que lo único importante de nuestras vidas es la terapia.
Algo parecido sucede con los medios de comunicación. Sus sentencias son “Palabra Santa”; así hayan metido la pata hasta el caracú, anunciando una inevitable victoria en la guerra de Malvinas, o minimizando o ninguneando los crímenes de la última dictadura, o pronosticando un dólar a diez pesos, durante la crisis del 2001.
Cualquier señalamiento, observación, corrección, crítica o respuesta que se le haga a un medio, es un ataque a la Libertad de Prensa; así se trate de comentar una pifiada en el pronóstico del tiempo, o un supuesto offside de Martín Palermo.
Los medios de comunicación, también, creen que son lo más importante; pero, además, se consideran intocables.
Cierta vez, una amiga médica me dijo “La salud es algo muy serio como para dejarla sólo en manos de mis colegas o de las obras sociales”. Traslado dicha sentencia a otro campo y llego a la conclusión de que “La información es algo muy importante como para dejarla sólo en manos de periodistas y de dueños de canales, diarios, radios, y páginas web”.
No sólo los últimos hechos han demostrado que unos no están a la altura de la información que manejan y difunden; sino que los otros han quedado demasiado expuestos en sus intereses. No es casual que un diario de reciente aparición se publicitara con el siguiente slogan: “porque no confundimos información de interés con interés de la información”.
Días atrás, el Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires dio a conocer una resolución referida a la cobertura que los medios de comunicación hicieron sobre el conflicto entre las organizaciones representativas del campo y el gobierno. En ella, se puede leer que “han existido expresiones de periodistas –no corregidas ni enmendadas por colegas del propio medio o sus superiores- que, lejos de importar afirmaciones de hechos o apreciaciones opinables, llenan de vergüenza e indignación por sus contenidos clasistas y racistas, y por la supina ignorancia que revelan”.
Más adelante, la resolución de la entidad académica mostró su preocupación por la indiferencia de los medios en enmendar “dichos discriminatorios de quienes actúan por sus cámaras, micrófonos o páginas”, para finalizar exhortando al Comfer, al Inadi y al Consejo de la Mujer a poner en funcionamiento el Observatorio de la Discriminación en los Medios.
¿Cuál fue el acto seguido? Un solicitada de la Asociación de Entidades Periodísticas(ADEPA) denunciando “un intento perverso de la Presidenta Cristina Fernández de controlar al periodismo para adocenarlo”, y decenas de notas periodísticas contrarias a la recomendación de la entidad académica.
Como diría “Jack, el destripador”; “¡Vayamos por partes!”.
¿Qué es un observatorio? Simplemente eso. Un ente integrado por instituciones y personalidades destacadas en un determinado “metier”, que “observan” hechos, situaciones y procederes, que analizan posibles proyectos en su campo específico, y que proponen caminos y procedimientos a seguir para mejorar o modificar una determinada situación.
Tendría competencia en cuanto al contenido y la calidad de la información difundida, sin censurar nada, ni a nadie. Apenas sugerir en el sentido de la responsabilidad social de un actor importante en las sociedades modernas, como lo es el periodismo.
Entonces; ¿cuál es el problema?
El problema sería que los medios de comunicación quedarían expuestos al tratar la información como parte del show informativo que realizan a diario.
El problema no sería tal para la sociedad en general; sino para los medios de comunicación, quienes quedarían expuestos al tratar la información como parte de un “show informativo” que realizan a diario y verían puesta en discusión su autoproclamada actitud de dueños de la verdad y la ética.
Los que tenemos algunos años, aún recordamos el scketch que protagonizaban Juan Carlos Altavista(“Minguito Tinguitela”) y Vicente La Rusa(“El preso”) cuando ante el enojo de sus eventuales entrevistados para el periódico vecinal “La voz del rioba”, decían “¡Nosotros somos el cuarto poder!”, “¡te podemos levantar un monolito, como te podemos hacer un buraco así de grande!”.
Inocencia aparte de los personajes que protagonizaban dicho scketch, los medios de comunicación se presentan, hoy, con el mismo carácter extorsivo, y esa parecería ser la única razón de ser de su rechazo a cualquier iniciativa que pueda esbozar alguna crítica a su accionar.
Confundir la irresponsabilidad de efectuar “actitudes discriminatorias” con el ejercicio de la “Libertad de prensa”, es confundir leche con caldo de teta.
Personalmente, creo que un observatorio de medios no debería concentrarse, solamente, en la discriminación; sino, también, en la veracidad, el equilibrio, la exactitud y el sentido de la información.
Pero ya sabemos que nadie es perfecto; aunque “el señor nadie” no lo cree.

Buenos Aires, 10 de Abril de 2008

1 comentarios:

A las 14 de abril de 2008, 11:19 , Blogger gabriel Mateu ha dicho...

Hola
Me gustó el análisis, lo comparto.
Saludos

 

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