viernes, 16 de mayo de 2008

EL REINO DE LA DESMESURA

En el reino de la desmesura, cuanto más combustible se le eche al fuego; mejor. Más en estos días en los que conseguir gasoil no es un suplicio, ni hay humo, ni cenizas volcánicas, como había o anunciaban, semanas atrás. Por lo menos hay gasoil para sacar los tractores y las cosechadoras a las rutas, y maíz para tirarle al equipo de River Plate, por el “desabastecimiento de huevos” en el barrio de Núñez.
Y, a pesar de que no estamos más “ahumados”, Oscar Ahumada salió con los tapones de punta, como si fuera un D´Elía futbolístico, a pegarle a la hinchada de River, allí donde más le duele, o debería dolerle. Claro que la Comisión Directiva del club lo salió a lastimar donde más le duele a un empleado; es decir; en el bolsillo. Lo que deja al descubierto la relación estrecha entre “institución” y “barra brava”. Si discutís con la hinchada, te sanciona el club. A confesión de partes; relevo de pruebas.
Hablando de dirigentes; en esta resurrección de “apotegmas peronistas” de otras épocas, como “con los dirigentes a la cabeza, o con la cabeza de los dirigentes”, o “la organización vence al tiempo”, hoy, uno termina no sabiendo quienes son “los representantes”, quienes “los representados”, ni con quienes hay que sentarse “a dialogar” para “parar la calesita”. ¿Con “las cabezas” de las organizaciones ruralistas, con quienes aparecen en los medios de comunicación, con el Jefe de Gabinete o con el Presidente del Partido Justicialista, con “los que saben”, o con los que desparraman o se hacen eco de rumores?
En épocas de “cuartelazos” o golpes de Estado, la consigna era “¡Comprá fideos!”. En épocas de “golpes de mercado”, el santo y seña es “comprá dólares”, o “sacá la plata del banco”.
Y siempre el mismo río revuelto, y siempre los mismos pescadores con la caña, el anzuelo y la carnada listos.
Y en el medio del reino de la desmesura, un intendente, gobernador o concejal no es tal por haber sido elegido democráticamente por productores y empleados rurales, comerciantes, empleados del Estado, changarines, industriales, estudiantes, transportistas, profesionales, amas de casa, jubilados, empleados de comercio e industria, y desocupados; sino porque los propietarios de la tierra, las escarapelas y la patria decidieron que lo fuera. Entonces; ahora que hay un conflicto político(ni económico, ni por las “medidas concretas” que se reclaman), los que “cortan el bacalao”(y las rutas) deciden “apretarlo”, “apurarlo” y “escarcharlo”.
“Fulano de tal” puede ser gobernador en tanto y en cuando nos reciba, cuando se nos antoja. Mengano puede ser intendente, en tanto “esté con nosotros”. Y Zutano será concejal, si “nosotros lo dejamos”.
Después hablamos de D´Elía.
Si había un dirigente mesurado, era Hermes Binner; pero también “se prendió”, o “lo llevaron” a la desmesura, al brindarles a los dirigentes ruralistas el balcón de la gobernación.
No importan la representatividad, las investiduras, ni las instituciones. Mucho menos los derechos ciudadanos elementales del resto de los habitantes de un país.
No importan ni la constitución, ni el preámbulo, cuando de poder se habla.
No importa de qué se está hablando cuando la desmesura se impone a todo, y los caprichos son la constante, como chicos mal criados.
Lo único que importa es si estás o no estás con nosotros. Lo demás es verdurita. “Los demás” somos “verdurita”.

Buenos Aires, 16 de mayo de 2008

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