lunes, 7 de abril de 2008

EL QUE NO SALTA ES UN ..

Finalizó el paro del campo y saltó el paro de Aerolíneas. No hay caso. En este país, la gente con recursos no da para sustos. Cuando no les desabastecen el ojo de bife, “les prohíben” el viaje al spa en Brasil. Por suerte, fueron sólo cuatro horas. No quiero ni pensar si la huelga de Aerolíneas hubiera durado la décima parte de lo que duró el lock out del campo.
Los que estaban esperando que terminara o se suspendiera el conflicto entre el gobierno y las entidades ruralistas, son los adolescentes que todavía van a la escuela. Parece que, mientras las rutas estaban cortadas, los chicos se portaron “como en misa”. Pero una vez que De Ángelis soltó el último micrófono, los pibes salieron a repartir, a diestra y siniestra, como la barra brava de River.
En La Plata, un chico trompeó y pateó a su maestra. En Misiones, un adolescente apuñaló a otro, luego de discutir por una chica, al más puro estilo “Un guapo del novecientos”. En Mar del Plata, un alumno, molesto por una sanción disciplinaria, atacó a la directora de su escuela. “Si los que más ganan en este momento, arman semejante despiporre porque el gobierno quiere que ganen un poco menos; ¿por qué me tengo que comer una sanción por una pavada?”, habrá pensado el muchacho.
Todo sucedió o pareció suceder en el mismo día. Claro, hasta el miércoles, hasta los delincuentes estuvieron pacíficos. Tan pacíficos que durante el lock out no hubo asaltos, secuestros express, salideras, tomas de rehenes, ni accidentes automovilísticos. ¿A quién se le podía ocurrir “salir de caño” o manejar mamado con el problema que hay en el campo?
Perdón. El lunes si ocurrió algo. A la salida de una escuela de San Isidro, dos chicas molieron a golpes a “la linda de la clase”, mientras otros estudiantes filmaban lo que ocurría. Sucedió el lunes; pero el hecho salió a la luz el viernes. ¿Qué medio iba a cubrir este hecho con el raiting que daba De Angelis? Era mejor la piña de D´Elía; ¿no?
Otro que saltó después del lock out fue Charly; pero con él estamos acostumbrados.
Por lo que nadie saltó, o si lo hizo, el “periodismo independiente” no se enteró, fue por el cierre de los hospitales Borda, Moyano y Tobar García. La noticia que se difundió fue que la sede del gobierno porteño se trasladará al barrio de Barracas; más precisamente a los terrenos donde todavía funcionan esos centros neuropsiquiátricos. Lo que nadie informó es dónde irán a parar los locos, y dónde se atenderán los aspirantes a serlo.
Mientras, las propiedades de los alrededores se cotizan más que un garage de Palermo SOHO o una hectárea sojera.
El que no tuvo paz, mientras duró el conflicto entre el gobierno y el campo fue Porretti, el suspendido intendente de Pinamar. Para los medios fue una lástima que se entregara justo a cinco minutos del final de “Telenoche”. ¿Cómo no esperó hasta el lunes? ¿No vio el show que se había montado, mostrando cómo la policía revisaba el baúl de un Twingo, donde entran dos bolsos de mano? Hubiera estado bueno un fin de semana lleno de emboscadas periodísticas, después de tantos móviles desparramados por las rutas.
El que no saltó fue el “Menchi” Sábat, luego de que la Presidenta dijera que el dibujo publicado por Clarín era “un mensaje cuasi mafioso”. Pobre “Menchi”. Después de más de treinta años dibujando la actualidad, se come este garrón. Él no saltó; pero sí saltaron todos los que discriminaban entre “manifestantes” y “piqueteros”, en nombre de la libertad de prensa.
No es para que salte nadie más; pero en el diario “El País” de Madrid, leo que en la Universidad de Alcalá de Henares se presentó el libro “La democracia ayer y hoy”, en el que seis catedráticos españoles, desde distintas disciplinas, reflexionan acerca de la democracia, desde Grecia hasta nuestros días. En la presentación, el editor Javier Santillán señaló “Si tuviéramos que destacar un hilo conductor podríamos decir que la democracia sólo prospera en países y regiones que cuentan con una situación económica favorable. Podríamos afirmar que sin bienestar económico, resulta muy difícil consolidar la democracia”.
Evidentemente, don Javier no reparó en los últimos hechos ocurridos en la Argentina, en los que quienes le gritaban al gobierno democrático “¡Que se vaya!”, fueron los que cuentan con mayor bienestar económico.
Es como me dijo, una vez, un amigo actor: “El que no salta, no sale en la tele; y si no salís en la tele; no existís”. ¡That is the question!


Buenos Aires, 4 de Abril de 2008

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