domingo, 24 de octubre de 2010

"RÍO REVUELTO"












“El agua que baja nunca es la misma
y al recordar nos vamos al mar
porque el pasado yace en lo profundo
y como el amor
dura una creciente
el dolor es caudal permanente
la sangre su espejo
y la vida reflejo del río marrón
Río marrón, devolveme
Río marrón,
Y el cielo que se rompe
desde aqui hasta el horizonte
luz de luna sumergida.
si pudiera remontarte tiempo atrás
para ver en la opacidad del tiempo ido
si aquel fulgor perdido
era la vida,
río marrón”.

Jorge Fandermole, “Río marrón”



Por más que hoy sea domingo, todos llevamos el diario del lunes bajo el brazo.
Porque, ahora, resulta que todo el mundo sabía que iba a pasar lo que pasó.
Pero, nadie hizo lo que había que haber hecho, para que lo que pasó no pasara.
¿Será por eso que el diario del jueves último respondía al gusto de todos los paladares?
Al de los que querían “un zurdito menos”, y al de los que necesitaban “un mártir propio”.
Al de los que se encontraron con un charco, justito para embarrar a un ex Presidente interino; y al de los que tenían la “cinta Sckotch” preparada, para dejar pegado al gobierno y a la CGT “en lo que sea”, aunque fuera con “moco”.
Al de los que necesitaban un preso, con suma urgencia; y al de los que necesitaban victimizarse, para intentar demostrar que no son lo que todo el mundo sabe que son.
Al de los que no sabían cómo “resucitar” en los medios; y al de quienes no sabían cómo “tomarse un descanso”, entre tanta denuncia en contra, y tanta metida de pata propia.
Al de “los borgeanos” (“Los peronistas no son ni buenos ni malos; son incorregibles”); y al de los que quieren que todos los zurdos se vayan a Cuba.
Al de los que tenían que tener “la primicia”, antes que “la justicia”.
Lástima la muerte de Mariano Ferreyra.
Sino; todo hubiera sido, nada más, que un “Al don pirulero”, donde “cada cual atiende su juego”, como de costumbre.
Aunque, a pesar del duelo y del paro de la CTA, nadie dejó de Twittear y de banalizar los hechos en 140 caracteres.
¿Será posible pensar la realidad de otra manera, más adulta, menos miserable, alejada lo más posible de “angurrias” y prejuicios?
Por lo visto no.
Una prestigiada periodista dijo de Ferreyra: “¡Era un universitario!”.
Como si la muerte de un trabajador ferroviario o de un ama de casa tuvieran menos relevancia.
También, habría que tener en cuenta que si Ferreyra hubiera militado en “La Cámpora” o en el “Movimiento Evita”, “el Feinmann que quema libros”(Jorge Lanata dixit) se habría preguntado “¿qué hacía un estudiante universitario en medio de un enfrentamiento entre patotas sindicales?”.
Por suerte; no fue así; aunque “el joven Edu” o sus oyentes lo habrán pensado.
Otros “no la vieron” (como dicen los taxistas oyentes de Radio 10), o “cuidaron el empate” (como dice Jaime Roos); o, sencillamente, jugaron al “abrite que nos matamos”.
Lo cierto es que, como en todo río revuelto, cada pescador se quedó con su ganancia.
“Sentido pésame” y “Pelito pa´la vieja”.
Por más que ya sabemos que los pescadores tienen fama de mentirosos.

Buenos Aires, 24 de octubre de 2010

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