sábado, 5 de septiembre de 2009

"DE SEGÚN CÓMO SE MIRE TODO DEPENDE"


“Tarda en llegar.
Y al final…
Y al final
hay recompensa”.

Gustavo Cerati, “Zona de promesas”


Evidentemente, todo es según con el cristal con el que se mira; o, tal vez, de acuerdo a en qué ojo se tiene el parche.
Por ejemplo; si Hugo Chávez, Evo Morales o Rafael Correa pretenden reformar las constituciones de sus países para incluir la figura de la reelección; se utilizan montones de tinta, de aire y de bytes alertando sobre los peligros para la salud republicana que provocarán las vocaciones hegemónicas de estos monstruos populistas.
Incluso, por menos que eso, en Honduras se produjo un golpe de Estado, que justifican y minimizan quienes se rasgan las vestiduras y sufren de caspa y seborrea por las intenciones de perpetuación en el poder.
En cambio, ante la posible re-reelección de Álvaro Uribe, los mismos guardianes de la Republica y señaladores de “idiotas latinoamericanos” hacen “mutis por el foro”, o se toman vacaciones.
Es natural. Agosto, para quienes viven en Europa o en Estados Unidos, es lo mismo que febrero para los que lo hacemos en el “Coño Sur”.
Por eso es que no se leen, por estos días, indignadas columnas de los Vargas Llosa o de Montaner. Están de vacaciones. No es porque en este caso no les preocupen las violaciones a las instituciones democráticas, y en los casos de Correa, Chávez y Morales si.
¿O sí?
Pero en todo pasa lo mismo. Por ejemplo, ante el tratamiento de la (oficialmente llamada) Ley de Servicios Audiovisuales.
Quienes titularon “Presentan la ley para controlar a los medios”, o “Lanzan la ley de radiodifusión con un duro ataque a la prensa”, olvidaron señalar que la norma que está en vigencia fue sancionada, mediante un decreto de la última dictadura militar.
Seguramente, lo hicieron por un problema de la cantidad de caracteres disponibles para la nota, y no porque estén de acuerdo con la ley que firmaron Videla, Martínez de Hoz y Harguindeguy, con la que hasta la fecha se beneficiaron.
¿O sí?
Bueno; por falta de espacio, tampoco hablaron de Papel Prensa, aunque la conformación de dicha empresa no tiene nada que ver con la Libertad de Expresión.
¿O sí?
También, es de suponer que por el mismo motivo tampoco publicaron la declaración del Grupo Aurora o la columna de Marcos Aguinis condenando las intenciones reeleccionistas de Uribe.
¿O es que dicha declaración y dicha columna no se escribieron, ni se escribirán?
Suelen decir los hombres y mujeres del Derecho que para toda cuestión existe, por lo menos, una biblioteca a favor y otra en contra.
Por eso, llama la atención que la biblioteca en la que se sustentan quienes se oponen al proyecto de ley, sea toda escrita por dueños de medios o por “los empleados del mes”(editores o columnistas “estrella”) de dichas empresas.
No se leen ni se escuchan opiniones críticas de entidades que nucleen a periodistas o a otros trabajadores; sino todo lo contrario.
Es que, seguramente, para el “periodismo (de) independiente”, Víctor Hugo Morales o Jorge Lanata se “borocotizaron”.
Pero es normal que “el chancho chifle”.
Si de 169 señales de radio y televisión (abierta y por cable) de todo el país, los cinco grupos dominantes (Clarín, Uno, Prisa, Cadena 3 e ICK) pasarán a tener que repartirse 56 bolichitos, es lógico que le busquen “el pelo al huevo” al proyecto de ley, y pongan el grito en el cielo con lo de “las telefónicas”, como si la devaluación del 2002 no hubiera tenido como objetivo beneficiar a “el Noble Grupo de el Gran Diario de Autoayuda”.
No será por eso que este medio cubre cada ida al baño del ex presidente Duhalde; ¿no?
¿O sí?
Por eso es lógico que los muchachos digan que el congreso actual no tiene legitimidad para tratar esta ley; aunque sí la tenía para votar la Emergencia Agropecuaria.
Es que, como decimos siempre, “por la plata baila el mono”.
Hace unos días, la agencia de noticias Telam, emitió un cable en el que informaba sobre un relevamiento realizado por la AFIP, del que se desprendía que “las guarderías, los countries y el agro son los sectores con más empleos no declarados”; es decir; “en negro”.
Al día siguiente, el “gran diario de autoayuda” titulaba “guarderías y countries, los sectores con más empleados en negro”.
Se olvidaron de poner al agro. Seguramente, por una cuestión de espacio.
¿O no?
Más allá de las astillas o las vigas en los ojos propios o ajenos, lo que está en juego en este debate es si tendremos que seguir estando obligados a optar entretenernos con Susana, Tinelli, Julián Weich o Sofovich; y si la información es nada más que lo que dicen Magdalena, Chiche o González Oro; o poder elegir entre todo ese otro universo que como no está en los medios, pareciera que no existe.
Pero está. Somos nosotros.
Y el que quiera quedarse con lo que estamos obligados a quedarnos hoy en día; que se joda.

Buenos Aires, 5 de septiembre de 2009

1 comentarios:

A las 5 de septiembre de 2009, 21:50 , Anonymous Su ha dicho...

Tu nota clarísima, siempre me pregunté qué defiende la clase que defiende al campo y no percenece al agro, es ir contra uno mismo, ya lo dijo Freud el hombre no quiere su propio bien. Saludos.

 

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