viernes, 20 de febrero de 2009

"LOS UNOS Y LOS OTROS"(1ra parte)

“¡Ey, cabrón!
Where are you from?
Somos distintos
Por eso te matamos”

La Mancha de Rolando, “Somos distintos”



La oposición está para oponerse. Ese es su trabajo. Por eso, para los opositores, todo lo que haga un gobierno tiene que estar mal, aunque esté bien; o aunque eso sea lo que haría el opositor si fuera gobierno.
Hubo una época en que, ante una crisis, los opositores sabían hacer causa común con el gobierno; por ejemplo; en la “Semana Santa” del 87. Pero eso duró hasta el “Pacto de Olivos”, en el 93.
Antes de eso, los opositores golpeaban las puertas de los cuarteles para que los paternales militares hicieran el trabajo sucio de silenciar a la voluntad popular, que les era esquiva.
Hoy, ante una crisis, los opositores echan leña al fuego, y cuanta más leña se pueda hacer del árbol caído, mejor. Ya no tienen(y hasta hacen de cuenta que nunca tuvieron) ninguna causa común con el gobierno. Por suerte, ya no golpean las puertas de los cuarteles; pero si le alcahuetean a otros padres, tutores o encargados para que reten al gobierno.
Pedirle propuestas serias a un opositor sería tan ridículo como pedirle a un gobierno que se critique y diga públicamente que todo lo que está haciendo lo está haciendo mal y a propósito. Por eso hay un mapa de la inseguridad o se hace un bombo bárbaro con el asunto de las boletas electorales. Son iniciativas que, en concreto, no sirven para nada. Sirven, nada más, para convencer a la gente que todo está pésimo, por culpa de los malos que están en el gobierno. Para eso unos trabajan de opositores. Sino, trabajarían de gobierno, y dirían todo lo contrario.
Un gobierno está para gobernar. Para eso, la voluntad popular lo puso donde está, y no eligió a los que hoy son opositores para que gobiernen cuatro años. Gobernar es hacer cosas, buenas o malas, bien hechas o mal hechas. Por eso, un gobierno siempre dice que lo que hace es buenísimo, y que lo hace mejor que cualquier otro.
Un gobierno puede hacer una cosa buena bien, y salirle mal. La oposición, más que oponerse, no puede hacer más.
Es ridículo pedirle a un gobierno que se critique, porque para eso está la oposición. Porque un gobierno siempre está obligado a ver el vaso medio lleno, y la oposición a ver el vaso medio vacío.
Un gobierno puede hacer bien cosas buenas, como también las puede hacer mal. Y, también puede hacer bien cosas malas, o hacerlas mal. Para eso, los ciudadanos tenemos, cada cuatro años, la posibilidad de evaluar qué cosas buenas y qué cosas malas se hicieron, y cómo se hicieron; y si el balance es negativo; elegiremos a otro para que haga mejores o peores cosas, mejor o peor que el anterior. O elegiremos al mismo, para que siga haciendo maravillas o desastres, según nos va en la feria.
Y no tendría que ser ninguna tragedia para nadie que una cosa o la otra suceda.
A lo sumo; si el gobierno gana, la oposición dirá que hubo fraude. Pero si la oposición es la que triunfa, el gobierno se tendrá que llamar a silencio. A lo sumo dirá que “Ha triunfado la Democracia”.
La sospecha de fraude, siempre existe cuando gana un gobierno. ¿Por qué será que solo cuando gana la oposición, “triunfa la Democracia”?
Continuará…

Buenos Aires, 20 de febrero de 2009

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