miércoles, 6 de agosto de 2008

"CREER O REVENTAR"

"Clase media
medio rica
medio culta
entre lo que cree ser y lo que es
media una distancia medio grande.
Desde el medio mira medio mal
a los negritos
a los ricos, a los sabios
a los locos
a los pobres.
Si escucha a un Hitler
medio le gusta
y si habla un Che
medio también.
En el medio de la nada
medio duda
como todo le atrae (a medias)
analiza hasta la mitad
todos los hechos
y (medio confundida) sale a la calle con media cacerola
entonces medio llega a importar
a los que mandan (medio en las sombras)
a veces, solo a veces, se da cuenta (medio tarde)
que la usaron de peón
en un ajedrez que no comprende
y que nunca la convierte en Reina.
Así, medio rabiosa
se lamenta (a medias)
de ser el medio del que comen otros
a quienes no alcanza a entender
ni medio.

Mario Benedetti, “Poema a la clase media”


Son muchas personas. Se autodenominan, o alguien las ha bautizado “la gente”; y se la creyeron. Quienes no piensan o creen como ellos, parecen no merecer llamarse de la misma forma. Son “otra cosa”, algo que no se sabe cómo se llama. “Eso”, que ni siquiera nombre tiene.
Posiblemente, el primero en utilizar dicho sustantivo-adjetivo-calificativo fue “Chacho” Álvarez, cuando vio que la palabra y el concepto de “pueblo” caía mal en la vereda de la confitería “Del Molino”, en San Juan y Boedo, y mucho más en Acoyte y Rivadavia o en Triunvirato y Avenida de Los Incas. En la televisión era mucho peor, en aquellos años, en los que Adelina D´Alessio de Viola proclamaba “menos proletarios y más propietarios”. Y eso también se lo creyeron, o se lo fueron creyendo, con sus idas y sus vueltas, sus subidas y bajadas, y sus agachadas.
Se autodefinen como “decentes, bienpensantes y apolíticos”. Quizás porque no se atreven a reconocer que “a la legua” se les nota que son “hipócritas, ignorantes y de derecha”.
Son igualitos a “Micky Vainilla”, el personaje de Capusotto. Sus expresiones xenófobas “se leen” como “malos entendidos”, su bigotito “a lo Hitler” es, -apenas-, una frivolidad más de tantas, y como eternas víctimas se sienten “sacados de contexto”, ya que nunca quisieron decir la barbaridad que dijeron con todas las letras.
Aunque sus “mascarones de proa” son mujeres, también hay hombres que integran “la tripulación”. Algunos son los que uno ve y ha visto siempre; y otros, uno no puede dejar de imaginárselos como repetidores de consignas que en sus bocas suenan patéticas y mariconas. Evidentemente, hay pantalones y pantalones. Quizás, pobres, no tuvieron tiempo de cambiarse, entre una escena y la otra.
En el afán de tener una posición tomada en todo, confunden las palabras y los significados. Pero, como todos tienen el título de “la gente” enmarcado, no sienten la necesidad de pedir disculpas, ni de pensar que lo que están proclamando es un disparate. “El cuadrito” autoriza cualquier “boutade”.
Como confunden “estética” con “política”, “patrimonio” con “moral” y “rebeldía” con “malos modales”; creen que los gobiernos caen por el ruido de sus cacerolas; y hasta se creen que con la renuncia de Guillermo Moreno, se terminaría con la inflación.
Como confunden “consenso” con “imposición”, “diálogo” con “extorsión” e “ideas” con “gataflorismo”, proclaman “estar con el campo”, y repiten como loros que “las retenciones son como si te descontaran el 50% del sueldo”.
Como confunden “memoria” con “pasado”; “justicia” con “revancha”; “dictadura” con “proceso”, y “derechos humanos” con “defender delincuentes”, es que proponen “no mirar al pasado”; aunque parte de ese pasado sea “el corralito”, “los Lecops”, los “patacones”, y “el club del trueque”.
Por eso, de esa confusión, no se pueden sacar conclusiones muy claras, más que un puñado de prejuicios, que el “periodismo (de) independiente” repite como un loro de patio.
Por suerte, creen no confundir “libertad” con “libertinaje”, ni “autoridad” con “autoritarismo”. Sino; ¿qué sería de nosotros? ¿Reventar?

Buenos Aires, 5 de agosto de 2008

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