miércoles, 18 de marzo de 2009

"SUEÑO CON SERPIENTES"

“La moda es el inicio de la muerte”

Leopardi


“¿Adolf Hitler? No lo conozco. ¿Hace Pop?”

Micky Vainilla, personaje de “Peter Chapusotto y sus videos”


“Debemos tener mucho cuidado. Además los recursos económicos son limitados. Nos patrocina una entidad privada.
No soy un monstruo, Abel. Lo que has visto son los primeros pasos de un desarrollo necesario y lógico…
En unos años la Ciencia pedirá los documentos y continuaremos con los experimentos a gran escala. Estamos adelantados, Abel. Estamos aquí para ser sacrificados. Es lógico.
En uno o dos días, tal vez mañana, el ejército de Alemania del Sur intentará una revuelta, dirigida por un demente llamado Adolf Hitler. Será un fiasco descomunal.
Herr Hitler carece de capacidad intelectual y de técnica. Él no sabe las fuerzas tremendas con las que se enfrentará. Será arrasado como una hoja marchita el día que se desate la tormenta.
Observa esa imagen. Observa toda esa gente. Son incapaces de una revolución. Están muy humillados, muy temerosos, muy oprimidos. Pero en diez años…
Para entonces…
Los de diez años tendrán veinte…
Los de quince tendrán veinticinco…
Al odio heredado por sus padres, ellos añadirán su propio idealismo e impaciencias.
Alguno se adelantará y pondrá sus sentimientos en palabras. Alguno prometerá un futuro. Alguno hará sus demandas. Alguno hablará de grandeza y sacrificio.
Los jóvenes e inexpertos brindarán su valor y su fe a los cansados e indecisos.
Y entonces habrá una revolución, y nuestro mundo se hundirá en sangre y fuego.
En diez años, no más, ellos crearán una sociedad sin igual en la historia mundial. La antigua sociedad se basaba en ideas muy románticas sobre la bondad del hombre. Muy complicado, ya que las ideas no concuerdan con la realidad.
La nueva sociedad se basará en un juicio real de los potenciales y las limitaciones del hombre.
El hombre es una deformidad, una perversión de la naturaleza.
Entonces, nuestros experimentos tendrán lugar. Lidiamos con la forma básica y luego la moldeamos. Lidiamos con las fuerzas productivas y controlamos las destructivas. Exterminamos lo inferior y aumentamos lo útil.
(…)
Algún día podrás decir esto a quienquiera que desee oírlo. Nadie va a creerte, a pesar de que cualquiera que haga un mínimo esfuerzo puede ver lo que depara el futuro. Es como un huevo de una serpiente. A través de una delgada membrana, se puede distinguir un reptil ya formado”.

Monólogo de un personaje, en el final de la película “El huevo de la serpiente”, de Ingmar Bergman.



Los habituales protagonistas de “La pavada” del diario Crónica, pasaron a las páginas de “política”, nada más que abriendo la boca; y las producciones de programas serios como los de Morales Solá, Nelson Castro, Fernando Laborda, Tenenbaum y Zlotowiagda, y Sylvestre y Bonelli terminaron peleando primicias con las de Rial, Canosa y Lucho Avilés. Hasta editorialistas de prestigio como Van Deer Koy, o Pagni, Aguinis, Grondona y Kovadlof terminaron compitiendo con Luis Ventura.
Un bajón para el periodismo (de) independiente.
Primero, ante el curioso asesinato de su florista, Susana Giménez convocó a una conferencia de prensa, en la puerta de su casa, en Barrio Parque, para reclamar la pena de muerte, y decir su célebre frase: “El que mata tiene que morir”.
Ya nos hemos preguntado, en este espacio, ¿qué le tendría que tocar a quien contrabandeó un Mercedes Benz, lo escondió en un galpón, debajo de una parva de pasto, y fue descubierta en tres delitos al mismo tiempo, y nunca entró por la famosa puerta por la que se dice que entran los delincuentes para salir por la otra?
Enseguida, saltó Sandro apoyándola, aconsejando que quien no estuviera de acuerdo con la diva, debía cortarse un dedo.
Días antes, el autor de estas líneas se rebanó un pedazo de dedo cocinando; pero no por seguir las recomendaciones de “El gitano”, a pesar de exclamar “¡Lo juro por ésta!”, en el momento de terminar con las huellas digitales de su pulgar izquierdo.
Para no ser menos, días después, el auto-confesado ex amante de la diva de los teléfonos(no es de “hombres” andar contando intimidades por ahí para conseguir prensa, me parece), un muchacho del barrio de Flores que ahora vive en Belgrano, que en plena dictadura militar cantaba “¿A dónde vas? ¡Quedate en Buenos Aires!”, dedicado a quienes se veían obligados a exiliarse, por esos años, pidió que saliera el ejército a las calles.
Inexplicablemente, detrás de éstos, salieron a decir lo suyo Luis Alberto Spineta y Mike Amigorena.
Inmediatamente, Marcelo Tinelli salió a decir lo suyo; y, detrás, no faltó personaje que no estuviera a favor de la pena de muerte.
Hasta Enrique Macaya Márquez habló de la seguridad, utilizando como apoyo argumental la pelea entre dos fracciones de la hinchada de Boca Juniors, para defender el monopolio de TyC para la transmisión de los partidos de fútbol.
Finalmente, “la diva de los teléfonos” terminó pidiendo el regreso del servicio militar obligatorio “para que los pibes no caigan en el paco”. Días antes, su hermano, había dicho que lo mejor era “darle paco a los pibes para que revienten de una vez”.
Como corolario, alguien convocó a una marcha a Plaza de Mayo. Blumberg quedó a la izquierda de la farándula, y la espectativa giró en torno de qué famoso asistirá y cuál no.
Mientras tanto, la oposición política, que está para oponerse al oficialismo; pero olvida sus principios republicanos para dejar pasar expresiones como las pronunciadas por la farándula; continúa sacando declaraciones por las dudas.
Por las dudas continúen las retenciones a la soja; por las dudas se adelanten las elecciones; por las dudas se recreen las Junta Nacional de Granos y la Junta Nacional de Carnes; por las dudas se envíe al Congreso una nueva ley de radiodifusión; por las dudas, por las dudas y por las dudas.
Causa tristeza que dirigentes que dicen defender la institucionalidad de la República, hagan oídos sordos a semejantes proclamas de simples famosos, y no se opongan a posturas propias de la Edad Media.
¿Será que días antes del 28 de junio esperan sentarse en el living de Susana Giménez, y por eso hacen como si la pelota se fuera a afuera?
¿No ven lo que el personaje de la película de Bergman dice(“A través de la delgada membrana, se puede distinguir un reptil ya formado”)?
¿Se ve el reptil o no se ve?

Buenos Aires, 18 de marzo de 2009

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