lunes, 5 de julio de 2010

¿CÓMO SE DICE "LA TIENEN ADENTRO" EN ALEMÁN?


“Nuestra estrella se agotó
Y era mi lujo”

Los Redonditos de Ricota.


“..Al fin me encuentro con mi destino sudamericano…”

Jorge Luis Borges, “Poema Conjetural”



El fútbol es así. Y los campeonatos mundiales son más crueles aún.
Más que las “crueles provincias” de las que hablaba el poema de Borges.
“Nos bailaron”, “nos pintaron la cara”, fue lo más sensato que se escuchó, después del 0-4 frente a Alemania.
“Si querés llorar; llorá”, decía una jurado de “Bailando por un sueño”.
“A llorar a la iglesia”, se decía en el barrio; y los que no íbamos a la iglesia nos encerrábamos en el cuarto.
Y si el cuarto lo compartíamos, nos íbamos a llorar “al campito” o a la plaza.
El viernes, hacía tiempo que no se escuchaba tanto el tema “A felicidade”, de Antonio Carlos Jobim (“Tristeza nao tem fin, felicidade si”), luego de la eliminación de Brasil.
Sin embargo; el sábado, nadie tenía programado “Desencuentro” (“Estás desorientao y no sabés qué trole hay que tomar para seguir..”), ni “Naranjo en flor” (“Primero hay que saber sufrir, después amar, después partir…”).
Hermosas canciones, todas.
Todas, crueles enseñanzas.
El fútbol es así, despierta tentaciones estéticas o filosóficas; pero, el que “la emboca”, gana; y el que no, pierde; juegue bien o juegue mal, a pesar de la añeja polémica “Menotti-Bilardo”.
Y en los cuartos de final de los mundiales, el que pierde, “se toma el buque”; y no queda otra que “armar las valijas”.
Entonces, las frases de ocasión se ponen al día, como en los velorios.
Que “no sirve llorar sobre la leche derramada”, y el “no hacer leña del árbol caído” pasan de moda, como la discusión entre “derecha e izquierda”, según Mirta Legrand; y cualquiera se siente autorizado a “poner el dedo en la yaga”.
Si es que acierta.
Ahora, “cualquier cacatúa sueña con la pinta de Carlos Gardel”, y habla de la “Crónica de una muerte anunciada”, sin saber para qué equipo juega un tal García Márquez.
Desde la superioridad racial germana, pasando por el “orden prusiano”, hasta “la desorganización propia de los sudacas”, los argumentos llenan las bocas de gentes que jamás patearon una pelota, para demostrar que el resultado del partido (“el destino”) estaba signado.
Habría que preguntarse si en deportes tan de moda en los últimos años, como el tenis o el golf, se llegan a conclusiones similares, tan filosóficas, antropológicas, estéticas, políticas o morales como ocurre con el fútbol.
“¿A quién le ganó esta selección? ¡A Nigeria, a Corea del Sur, a Grecia y a México! ¡A ninguna potencia futbolística!” –suelen repetir quienes tienen como trabajo el llenar 24 horas con “bla bla” sobre deportes.
No se responden que esta selección, hace un año atrás, no le ganaba a Chile, ni a Ecuador y que perdía 1-6 frente a Bolivia.
Es “la gloria o Devoto”, decían antes del 0-4 ante Alemania, sin pensar que el punto de partida fue la vieja cárcel de Caseros.
“¡A comerla!”, diría Francella.
“¡Habrá que empezar de nuevo!”, dirá alguien sensato que, ni siquiera, tiene un blog para decir lo que se le canta.
Lo peor de todo es que, ahora, “no nos salva ni el Chapulín Colorado”.
Mientras fracasaran Basile, Passarella, Bielsa, Pekerman y otra vez Basile, siempre estaba “la carta mágica” de Maradona como DT.
Ahora; “ya no tenemos papá”, como decía José Sacristán en el monólogo final de la película “Solos en la madrugada”.
Ahora, lo único que queda es pelearnos “con papá”, como eternos adolescentes.
Como la apuesta es “la gloria o Devoto”, habrá que fusilar a Maradona.
Por falopero, por gordo, por negro de alma, por no poner a Verón (a quien queríamos fusilar en el 2002), por fiestero, por lengualarga, por villero, por demorar la entrada de Pastore, por vicioso, por todo lo que nos pasa.
Nunca por “agarrar las papas calientes”, que nadie quiere agarrar.
Pasó en el 93-94, después del 0-5 ante Colombia, previo al repechaje contra Australia y a lo de la efedrina.
Vuelve a pasar en 2009-2010; pero ya como técnico.
El año que viene, habrá elecciones presidenciales.
Los candidatos lanzados son Duhalde, Cobos, Alfonsín (hijo), Solá, Kirchner, Macri, De Narváez y Das Neves.
No sea cosa que, también, le pidamos a Maradona que agarrre esa otra “papa caliente”, así nos aseguramos a quién fusilar.
Todavía nos queda la apuesta “Bianchi”. Y si con él no pasamos los cuartos de final; ¿qué?
Nos queda candidatearlo para el 2015.
¿De qué nos quejamos?
Tenemos “salvadores” y futuros “fusilados” para rato.
¿O no?

Buenos Aires, 4 de julio de 2010

3 comentarios:

A las 5 de julio de 2010, 11:37 , Anonymous Anónimo ha dicho...

Hola Juanjo (y demás bloggeros), como sé que eres hombre de letras y de idiomas llevar reparé en algo que alguna vez mi duda me llevó a preguntar sobre el punto... Se trata sobre la letra de “A felicidade”, de Antonio Carlos Jobim, y en particular su línea: “Tristeza nao tem fin, felicidade si”, bom... o asunto é assim. Tristeza nao tem fim, debe ser entendida como finalidad, nao como sin fin. La idea es que al no tener finalidad, como objetivo, no tiene sentido sufrirla, mientras que la felicidad sí lo tiene...
Vai cordial abraço do Manuel de Paraná, Arg.

 
A las 5 de julio de 2010, 11:39 , Anonymous Anónimo ha dicho...

Hola Juanjo (y demás bloggeros), como sé que eres hombre de letras y de idiomas llevar, reparé en algo que alguna vez mi duda me llevó a preguntar sobre el punto... Se trata sobre la letra de “A felicidade”, de Antonio Carlos Jobim, y en particular su línea: “Tristeza nao tem fin, felicidade si”, bom... o asunto é assim. Tristeza nao tem fim, debe ser entendida como finalidad, nao como sin fin. La idea es que al no tener finalidad, como objetivo, no tiene sentido sufrirla, mientras que la felicidad sí lo tiene...
Vai cordial abraço do Manuel de Paraná, Arg.

 
A las 6 de julio de 2010, 0:00 , Blogger Juan José Izaguirre ha dicho...

Gracias, Manuel, por seguir "Lo que pasa..", y por tu oportuna aclaración. El sentido de "nao tem fin" es el que vos señalás. Sólo que de tanto escucharlo el viernes, lo olvidé.
Igual, creo que para la situación futbolística de Brasil(y de Argentina también), es más oportuno poner "Adios", de Vinicius. Un abrazo. Juanjo

 

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